Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
El conjunto nacional venció en las semifinales a su par británico por 3-2 y se clasificó por quinta vez finalista del torneo por equipos. Juan Martín Del Potro, Guido Pella y Leonardo Mayer fueron los grandes héroes de la serie.
Argentina no llegó a Escocia con la presión de ser favorita en la serie, y seguramente eso ayudó a conseguir una épica victoria sobre la Gran Bretaña de Andy Murray.
El número 2 del mundo era más local que nunca ya que la serie se disputó en su Glasgow natal, pero los que hicieron sentir el calor y la presión fueron, una vez más, los argentinos.
La serie transcurrió bajo una planificación notable de Daniel Orsanic, que fue moviendo las piezas como en una partida de ajedrez. Y además contó con un Rey, una pieza clave, un jugador que rompió los moldes y que consiguió el primer punto fundamental para abrir la serie.
Ese As de espadas fue Juan Martín Del Potro, quien bajó al propio Murray el viernes en el que fue el partido más largo de su carrera. Fueron cinco sets extenuantes que lo dejaron sin físico, pero que valió la pena al ser un punto decisivo del fin de semana copero. Después llegó la sólida actuación de Guido Pella ante Kyle Edmund para el 2 a 0 parcial.
El sábado no pudo ser en el dobles, la pareja conformada por los hermanos Murray fue demasiado para la dupla Del Potro-Mayer, que a pesar de la adversidad pelearon cada punto como si fuese el último y estiraron el duelo a cuatro sets.
Duras críticas le cayeron al capitán argentino por haber incluido en la nómina a Del Potro y no haberlo reservado para jugar un hipotético quinto punto al día siguiente, pero a la larga, la pulseada la terminó ganando Orsanic con el pase a la final.
Entonces se llegó a la definición del domingo. Murray volvió a ser Murray, a pesar de su cansancio, y se impuso con categoría a Pella en tres sets.
Y ahí apareció el “Yacaré”. El hombre que entró en la historia al jugar el partido más largo de la historia en singles y obligar a la Federación Internacional de Tenis a cambiar el reglamento del quinto set.
Leo Mayer, que venía de un año complicado, con lesiones y pobres resultados, salió a jugar un partido tremendo y poco a poco fue acabando con las aspiraciones del local Daniel Evans.
No comenzó firme el correntino, quizás un poco nervioso, pero ajustó su tenis y el británico no pudo aguantar la potencia de su derecha y su servicio. Un concierto de saques, devoluciones, drives y reveses con muchas potencia para entrar nuevamente en la historia del tenis nacional.
Argentina está en una nueva final de Copa Davis, la quinta en su haber. En esta oportunidad llegó en silencio y sin ser gran candidata. Poco a poco el conjunto nacional fue sumando victorias, todas de visitante.
A Polonia, Italia y Gran Bretaña. En noviembre (25 al 27) nos espera Croacia en la gran final, en sede a confirmar. Es el trabajo de un equipo. Es el triunfo de todo un equipo. Comandado por Daniel Orsanic y sus colaboradores. A disfrutar y a pensar en lo que viene. Nadie le quita a Argentina esta alegría.
