Por Javier Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)

Las despedidas, suelen ser casi siempre tristes. Dejan sin sabores, cosas pendientes, abrazos y festejos postergados. Ayer se vivió un compendio de todas estas sensaciones. La foto es gentileza de La Opinión Austral.

El Atlético Boxing Club, que ilusionó a propios y extraños en base a la solidez mostrada durante gran parte del certamen, vio truncada sus sueños de ascenso ante un inteligente Deportivo Rincón de los Sauces, que supo jugar en un terreno difícil (del que Boxing se despide en condición de invicto) y administrando los nervios y la ansiedad de un elenco local que por falencias propias dio por finalizado su sueño de ascenso.

La parada no era fácil para los dirigidos para Luis Blanco. Debía remontar 2 goles que había recibido el pasado sábado en Neuquén.

Sin embargo la tarde se tiño de verde y blanco y la gente se agolpo en gran número al reducto boxinguista.

Sin embargo el gol mañanero de la visita, a los 9 minutos del PT fue un verdadero balde de agua helada para todos.

La remontada demandaba 3 goles. Sin ideas, con más nervios que ideas concretas, Boxing abusaba de centros que no llegaban a ningún puerto ante la sólida defensa rival.

Sin embargo, en una ráfaga que demando 2 minutos, a los 36 y a los 38, Boxing se ponía a un gol de los penales.

En primera instancia Diego Sebastián Díaz, goleador del certamen y Jonathan Di Toro de penal le daban ventaja parcial al elenco de Rio Gallegos, restando más de 45 minutos aun por jugar.

Pero, como decía el gran Joaquín Sabina, nada de lo que avizoramos, ocurrió. Un apático Boxing encaro los segundos 45 minutos como si no hubiera entendido que estaba a un gol del milagro.

Sin un conductor definido, ya que la exclusión de su enganche tradicional Villacorta, no encontró en Cisneros, su reemplazo, el encargado de abastecer a los delanteros del elenco local, lo que los obligaba a bajar muchos metros para buscar el balón, alejándolos de su zona de confort como lo es el área.

Sobre el final, y con el Boxing totalmente “jugado”, Deportivo Rincón de los Sauces aprovecho una pelota que quedo boyando tras la salida de un córner, decretando el empate que sería el resultado final del partido y la eliminación de los dirigidos por Luis Blancos.

Sin sabores, bronca y desazón en la gente que copó la cancha del Albi verde. Fundamentalmente porque sabían y sabíamos, que este equipo estaba para más.

Que contaba con un cuerpo técnico de primera. Con jugadores de experiencia y jerarquía. Un apoyo dirigencial que implico una notable inversión, en épocas de “vacas flacas”.

El llanto de algunos niños, me deja la doble sensación de la tristeza por el resultado deportivo esquivo, pero la esperanza de que de la mano de su entrenador, en caso de que continúe, se pueda cimentar un proyecto a largo plazo que pueda dar frutos para el futbol Patagónico.