Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Pasó la primera prueba de la temporada para Hispano. De menor a mayor el equipo de Santa Cruz llegó a cuartos de final dejando en el camino y en condición de visitante a equipos históricos como Boca y Peñarol.
Más allá del resultado, tres pibes de la cantera Celeste terminaron dentro del rectángulo de juego, motivo de orgullo para la institución y su hinchada.
La noche del jueves dejó un saldo más que positivo para el equipo más austral de la Liga.
Más allá del resultado y la eliminación del Super 20, la gente entendió que el balance era positivo por múltiples factores y por ese motivo brindó un aliento que aún retumba en los rincones del Boxing.
Es que Hispano, que sufrió la baja de Carter horas antes de su debut, sufrió de lesiones (Hurtt y Tabarez entre otros) además de los incontables kilómetros que separan a la ciudad del resto del país.
El haber comenzado tarde la pretemporda, se dio el gran placer de terminar su participación en el Super 20 con «pibes» de la cantera celeste en cancha.
Koch, Barrios Núñez y Acosta hicieron que la gente dejara por momentos de lado el resultado, para ver en ellos a aquellos pibes que corrían incansablemente por el Tito Wilson y que hoy son jugadores profesionales que comparten minutos con experimentados jugadores de la Liga Nacional.
Hispano hizo gala a su esencia. Un club con sentido de pertenencia y familiar. El equipo de Santa Cruz hizo de la noche del jueves una fiesta con vistas al gran objetivo para la institución, la Liga Nacional de Basquet.