Lágrimas en el principado (18 de mayo de 1980)

Reutemann-Williams
La reciente desaparición física de Carlos Alberto Reutemann disparó rápidamente una gran idea por parte de nuestro hombre en España. Daniel Campos realizó un trabajo escrito sobre la Fórmula 1 Internacional. Durante un tiempo y a modo de homenaje espiaremos los capítulos que involucran al «Lole» y su rica historia deportiva. Tercera entrega.

La temporada de 1980 fue el año de consagración de Alan Jones con Williams- Ford, con cinco victorias sobre catorce posibles, en lucha cerrada con el brasileño Nelson Piquet, hombre de la escudería Brabham. Carlos Alberto Reutemann cumplía con su función de apuntalar al australiano, en el equipo de Frank Williams.

Para el santafesino, la de Mónaco sería la única victoria de ese año, pero ganar allí tenía su encanto para cualquier piloto de F1 que se precie de tal.

El espectáculo no defraudó a nadie, desde el inicio de la prueba, Derek Daly les regalaba a los fotógrafos un espectacular vuelo con choque incluído de cinco autos, que tuvo lugar en la curva antes de subir hacia el Casino.

Pironi, Reutemann y Jones luchaban por la primera posición, el australiano adelantó a su compañero de equipo y fue en busca del piloto Ligier. Reutemann prefirió cuidar el auto y correr con la cabeza.

El duelo entre el francés y el australiano continuó hasta que el desgaste de sus neumáticos y la fina lluvia que caía en la zona alta del trazado, empezó a cobrarse las primeras bajas.

Jones no podía con una caja de cambios que se bloqueaba y más tarde, abandonaba. Pironi coqueteaba peligrosamente con los defensas del angosto circuito, hasta que se pegó contra ellas y adiós Mónaco.

Era el momento en el que Williams con el número 28 en sus laterales, se hacía con la punta de la carrera. Mucho más atrás venían Depallier, Laffite y Piquet.

Pero ya nada inquietaba al piloto argentino y, administrando la potencia del propulsor Ford, atento a la lluvia, con la visera de su casco levantada para ver mejor, fue en busca de la victoria.

Un espectador de lujo como fue don Juan Manuel Fangio, veía desde el palco cómo su paisano inscribía su nombre donde él también había sabido ganar.

En Argentina miles de personas pegados al televisor escuchaban el emocionado relato del periodista córdobes, Héctor Acosta, “va encarar La Rascasse, el argentino… atención Argentina… Argentina Televisora Color y este Gran Premio de Mónaco para el argentino…se anticipan los aplausos… va ganar, ganó, ganó Carlos Alberto Reutemann!! Final, por fin!! ¡bien Carlos!, aquí hay abrazos, ganó Carlos Alberto Reutemann!! … ustedes por favor.

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