La reciente desaparición física de Carlos Alberto Reutemann disparó rápidamente una gran idea por parte de nuestro hombre en España. Daniel Campos realizó un trabajo escrito sobre la Fórmula 1 Internacional. Durante un tiempo y a modo de homenaje espiaremos los capítulos que involucran al «Lole» y su rica historia deportiva. Quinta entrega.
Una enorme pancarta con ese mensaje estaba ubicada en lo alto de una de las tribunas del Autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires.
El destinatario de ese saludo era Carlos Alberto Reutemann, quien a bordo del Williams-Ford FW 07, fue en busca del último giro del Gran Premio de la Argentina.
Adelante, el Brabham-Ford BT 49 de Nelson Piquet saboreó la victoria, cuando Fangio, el quíntuple campeón, le bajó la bandera a cuadros al brasileño. El tercer lugar correspondió al francés Alain Prost con Renault.
Más tarde, los tres primeros clasificados de la prueba porteña se marcharon rumbo a la ceremonia de coronación. Todo el mundo tuvo motivos para estar muy feliz.
Piquet sumó su cuarta victoria en la categoría, Reutemann encadenaba su 13º clasificación en los puntos y el liderato del torneo de aquel año, y para Prost fue su primer podio.
Además, en ese lugar ocurrió otro hecho anecdótico. Primero, se escuchó el himno de Brasil en honor al vencedor, y seguidamente la banda de música del Regimiento I Patricios, interpretó el feliz cumpleaños.
Mientras el público presente en el circuito cantaba la popular canción, un sonriente Carlos Reutemann, agradecía las muestras de cariño.
Esa tarde el piloto argentino cumplía 39 años, faltó el triunfo para que la fiesta fuera completa.
En poco más de sesenta años en la historia de la Fórmula Uno, una sola vez un piloto ha vencido en un Gran Premio, el día de su cumpleaños.