Por Daniel Campos (Corresponsal LBD en Palma de Mallorca, España)
Este domingo, luego de que la bandera a cuadros caiga al paso del ganador del GP Mónaco, y tras la ceremonia de coronación al otro lado del Atlántico, en el International Motor Speedway de Indianápolis, se escuchará la frase “pilotos a sus autos” para más tarde dar paso a la otra mítica frase del deporte motor “damas y caballeros enciendan sus motores”.
Nos referimos a una nueva edición de las 500 millas de Indianápolis, que este año cumple su edición número 101. Para esta ocasión una de las novedades que se verá en el famoso óvalo americano, será la presencia por primera vez del piloto asturiano Fernando Alonso, que conducirá un McLaren Honda de la escudería de Michel Andretti, y que tendrá como compañeros a hombres como Alex Rossi, ganador de la carrera del año pasado, al japonés Takuma Sato, Ryan Hunter Ray o Marco Andretti, entre otros.
Este pasado fin de semana se realizó la serie de clasificación entre sábado y domingo. El primer día rodaron los treinta y tres participantes y los nueve mejores tiempos pasaron a la jornada de domingo. Entre ellos se hallaba el volante español, que tras disponer de sus cuatro vueltas lanzadas, alcanzó la quinta plaza en la parilla con un promedio de 231,300 millas por hora.
La pole position de este año, fue para Scott Dixon del equipo de Ganassi –Honda con una media de 232,164 millas por hora. Acompañarán al piloto neozelandés en la primera fila, Ed Carpenter y Alex Rossi. ¿Pero qué lo trae por estos lares al dos veces campeón de la Fórmula 1, Fernando Alonso?
Deja su monoplaza en manos de Jenson Button para que lo conduzca por las calles del Principado, para iniciar su breve aventura americana en una escudería propiedad de otro ex campeón de la F1, Mario Andretti.
Tras un inicio de temporada nefasto para el volante español, donde apenas pudo girar en los test de invierno y luego en el torneo 2017, acumula ya cuatro abandonos, un duodécimo puesto y cero puntos en la clasificación general, en el entorno de la escudería McLaren-Honda, empezaron a tomarse en serio las amenazas de Alonso de no renovar su contrato e inclusive de marcharse a mitad de temporada.
Cansado de promesas y soluciones que nunca llegan, el asturiano habló alto y claro con la jefatura de su equipo. Apareció en escena Zak Brown, el nuevo director de la casa de Woking, quien asumió el mando tras la destitución de Ron Dennis, y se sacó un as de la manga.
Le ofreció a su piloto número uno la posibilidad de correr en los Estados Unidos en la prueba más importante de autos sin techo, las 500 millas de Indianápolis, que junto a las 24 horas de Le Mans y el GP de Mónaco de F-1, conforman una especie de Grand Slam o Triple Corona del deporte motor, récord que hasta el momento ostenta el británico Graham Hill.
El anuncio se hizo oficial en los días previos al Gran Premio de Rusia, y muy pronto Alonso inició su preparación con vistas a su debut en la Indy car. Tras conocer a la que sería su nueva herramienta de trabajo, un chasis Dallara, por supuesto impulsado con un motor Honda, empezó el período de adaptación.
En apenas siete jornadas de trabajo, incluyendo la denominada orientación para rookies o debutantes, Alonso se encontró rodando en el circuito oval de Indiana. La adaptación ha sido buena, y poco a poco se lo ha visto girar muy veloz pegado al muro y logrando tiempos más que respetables.
Veremos qué tal le sienta la Indy car al piloto español y si logra vencer en territorio americano, allí un campeón de F1 no gana desde el 30 de mayo de 1993, cuando Emerson Fittipaldi, a bordo de un Penske-Ford, consiguió el triunfo.
