Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Por penales y luego de convertir sus cinco disparos, el «Xeneize» se quedó con la Copa Argentina por cuarta vez sumando una estrella más en sus vitrinas en la era Riquelme. Habrá clásico a través de la Supercopa Argentina.
Sin lucirse pero con viento a su favor, ese que desde la era Riquelme parece ser parte de estos partidos definitorios. El pasado miércoles en Santiago del Estero, Boca no jugó bien. En un típico partido de final, en donde se mete más de lo que se juega, a Boca le alcanzó con convertir sus cinco penales y que Rossi le detuviera el penal a Fertoli para gritar campeón.
Durante los primeros 45 minutos no tuvieron el ritmo esperado para una final y el juego se tornó demasiado trabado en Santiago del Estero. Talleres estuvo mejor plantado durante la primera media hora, pero luego Boca lo equiparó bastante y no sufrió demasiado en defensa.
El complemento comenzó de la misma manera y nada cambió: Boca, sin demasiadas ideas; Talleres apostando a alguna contra y haciéndose fuerte en la zona central de la cancha. Para los neutrales, demasiado poco como por tratarse de un choque decisivo. La expulsión de Ramírez no cambió la ecuación de ambos equipos y se tuvo que definir desde los doce pasos.
Los penales se hicieron otra vez protagonistas en la vida de Boca y Talleres en la Copa Argentina 2021. Con el infaltable dramatismo, en donde más de 30 mil almas vibraron, la suerte estaba echada. En la tanda, Agustín Rossi se vistió de héroe otra vez y los pateadores no fallaron ningún penal: el «Xeneize» logró su título número 71 y ahora enfrentará a River en la Supercopa Argentina.
