Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Magra incursión fuera de casa para Hispano Americano en el comienzo del año. Tres derrotas en tres presentaciones, pero lo que más preocupa es la falta de respuestas basquetbolísticas y anímicas.
Luces de alerta en el básquet del representante santacruceño. Es que luego de tres presentaciones los dirigidos por Richotti dejaron una imagen con más dudas que certezas.
Si bien el primero de los rivales, San Lorenzo, estaba en la lista de los equipos casi imposibles de vencer, los otros dos, como lo eran Boca Juniors y Salta Basket eran accesibles teniendo en cuenta que ambos marchaban por debajo del «Celeste» en la tabla. Nada de ello ocurrió sembrando preocupación entre la parcialidad y dirigencia de Hispano.
Acéfalo en los tableros, sin rebotes defensivos ni ofensivos, con defensa frágiles que le facilitaban las acciones a sus rivales. En ofensiva sin juego colectivo asociado, sumado además la ausencia goleadora de quienes deben aportar los puntos trascendentales, Hispano nadar en un mar de dudas y deudas con una parcialidad que lo acompaña y espera una mejor performance que el año pasado.
El representante de Santa Cruz vuelve a Gallegos para jugar dos partidos de local, frente a Argentino de Junín y La Unión de Formosa, pero por sobre todas las cosas enfrentará a sus propios fantasmas, a sus propios limitantes, a sus temores y errores.
Hispano debe imperiosamente reencausar su rumbo en esta Liga Nacional, que nuevamente lo ve en el fondo de la tabla, cometiendo los mismos a más errores que la temporada pasada.