Por Daniel Campos (Corresponsal LBD en Palma de Mallorca, España)
La escalada bélica en el este de Europa tampoco es ajena al deporte, y ya tiene sus primeras consecuencias. Apenas veinticuatro horas después de que las tropas rusas invadieran Ucrania, las principales autoridades deportivas han tomado cartas en el asunto.
La UEFA, en una reunión urgente de su Comité Ejecutivo, este viernes, decidió trasladar la sede de la final de la Champions, que se iba disputar el próximo 28 de mayo en San Petersburgo, a París.
También el deporte motor se ve afectado por este conflicto bélico, que sorprendió a hombres y máquinas de la Fórmula 1 en plena pretemporada, en el Circuit de Catalunya.
Ya los pilotos, a través de su asociación GPDA (Asociación de Pilotos de Grandes Premios), expresó su malestar y preocupación. El cuatro veces campeón del mundo, Sebastian Vettel, dijo:
“… está mal correr en ese país… lo siento”, y agregó, “yo ya he tomado mi decisión de no correr ahí.”
También se sumó, entre otros, el vigente campeón, el holandés Max Verstappen,
“Cuando un país está en guerra, no es correcto correr allí.”
La unanimidad de criterios hizo que, tanto la F.I.A., como los nuevos directivos de la Fórmula Uno, hayan decidido, en esta jornada, la suspensión del Gran Premio de Rusia, que se iba a disputar entre el 23 y 25 de diciembre de este mismo año, en el circuito de Sochi.
Esta decisión también ha afectado a una de los equipos que participan en el torneo, tal es el caso de la escudería Haas. Este equipo americano con patrocinio ruso, esta última jornada en el circuito español, modificó la decoración de su nuevo monoplaza, retirando los colores de la bandera rusa.
Un rumor que corría por el paddock, era el interrogante si la escudería podría correr este año.
