Por Agustín “Colo” Aguirre (Corresponsal LBD en La Pampa)

Peñarol jugó un primer cuarto perfecto y dejo sin chances a Quilmes. Le ganó 86 a 68 con un Campazzo que consiguió un triple-doble después de 4 años en la LNB con 11 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. La foto es gentileza de www.infoliga.com

Peñarol mostró una cara totalmente distinta al del clásico pasado, con una defensa asfixiante y en ataque uso siempre el extra pase para el compañero libre, como además romper hacia el aro y descargar a los tiradores asi ganó con holgura un partido donde Quilmes dejo pasar el tren.

Porque tuvo 3 posibilidades de bajar la diferencia  a un digito pero siempre le faltaba algo para ponerse en partido así el “Milrayita” cerró el partido fácil y empato la serie.

En el primer cuarto  los dos pensaron mucho más sus ofensivas, Quilmes no tenía la misma efectividad, pero seguía muy duro en defensa, pero sin abusar de las faltas, para no perder tantos jugadores rápidamente. 2:30 tardó el “tricolor” en conseguir sus primeros puntos, pero el trámite era equilibrado, con el “milrayitas” trabajando mucho con su tridente Campazzo-Gutiérrez-Leiva.

La preocupación para Quilmes llegó promediando el parcial, cuando Baxley cometió su segunda infracción y el local se escapó por 8 (12-4). La solución de Ramella llegó desde el banco, con un buen ingreso de Luca Vildoza, que metió un triple y una asistencia exquisita para Romero. Pero con dos jugadas de Campazzo definidas por Leiva y Boccia, Peña se volvió a alejar (16-9) y obligó al tiempo muerto.

El regreso no fue el esperado, Ortiz la perdió y Sosa clavo un triple para alejarse más. Por suerte para Quilmes, Vildoza mantenía vivo al equipo con otra bomba de 6.75. Pero el boricua estaba encendido y clavó dos bombas, más una corrida de Boccia para que Peñarol se escapara en el descanso del primer cuarto por 13 (27-14).

El panorama no era mejor para Quilmes, porque Peñarol parecía con ganas de revancha, con bronca, dispuesto a revertir de la mejor forma lo del primer juego. Leiva lastima en la pintura mientras que la hinchada cervecera lo tenía como punto fijo para los cantos.  Maciel buscaba mantener la ilusión del tricolor con un triple. Ninguno de los dos podía levantar el goleo, pero parecían más claros los de Rivero, que aprovechó para empezar con la rotación.

Encima, Vidoza llegó rápidamente a las tres faltas y se tuvo que ir a sentar. Si Quilmes quería tener alguna chance, necesitaba de Baxley, que a 6 minutos  para el cierre anotó sus primeros dos puntos. Pero enseguida, cometió su tercera infracción y se comprometió para el futuro.

El local bajó la intensidad y el mejor extranjero de la Liga Nacional aprovechó para bajar la distancia a 11 (36-25), a falta de 4:35. Súper Baxley era la ilusión “tricolor”, pero sus compañeros no lo ayudaban y desperdiciaron chances poner a 8 con un triple del “Faca” Piñero que malogro.

Cuando Peñarol ganaba por 12 y tenía la pelota Quilmes, Piñero la perdió increíblemente, el local dibujó una gran maniobra colectiva que convirtió Leiva y en la siguiente Sosa metió su cuarto triple en cuatro intentos e hizo explotar el “Poli” para sacar 17 (47-30). Con un libre más de Campazzo, Peñarol se fue al vestuario cómodo 18 arribas, con gran parte del partido liquidado parecía.

Parecía que Peñarol arrancaba el tercer cuarto para que el poli sea una fiesta y llevarse a Quilmes por delante  (máxima de 53-31). Pero el cervecero sacó la cara y entre Baxley, Marin y Romero fueron limando de apoco la diferencia para bajarla a 10 puntos y achicar el tanteador a 12 (55-43) con un parcial de 2-12.

Fue entonces que Campazzo volvió al campo de juego junto con Sosa para tranquilizar a Peñarol y contener la remontada. Mario Ghersetti estuvo en una noche muy apagada y Ramella lo esperó quizás más de lo debido. Cuando intentó con un cuatro con tiro de tres puntos (Maciel) tuvo algo más de gol y la ofensiva se compensó un poco, pero lo dicho: no hubo en verdad ningún nacional que acompañara a Baxley y jugaba constantemente uno contra uno con todos los jugadores del “milrayita”.

Por el lado Peñarol  seguía apagado “Leo” Gutiérrez  y esto ilusionaba a Quilmes  a poder achicar mas la diferencia que tenia pero  la jerarquía individual de Peñarol se notó cuando metió un parcial de 9-0, con un buen trabajo de Leiva y la conducción de Campazzo para recuperar la máxima de 21 (64-43), a 1:23 del final del tercero. El tercer cuarto terminaría a 19 de distancia para Peñarol.

El “tricolor” salió a quemar las naves en el cuarto final y en 1:15 metió un parcial de 7-0 que lo dejó a 12 (66-54), con la esperanza de meterse de lleno en partido. Una pelota bajo las tablas que increíblemente erró Gallizi y una pérdida de Marín que quiso dar un pase de aro a aro, lo podría haber puesto a 10  puntos. Ahora sí el estadio explotaba, porque renació el pueblo tricolor y los “milrayitas” querían despertar a sus jugadores.

Rivero mandó toda la artillería con Gutiérrez, Leiva y Fisher que estaban en el banco. Quilmes dejó pasar el tren, no aprovechó el envión y Peñarol lo controló  y encaminó el triunfo por 88 a 68 que dejó la serie igualada en uno y a volver a empezar.

Ahora la localia es de Quilmes pero se seguirá  jugando en el “Poli”, el tercer clásico será el martes a las 21.30  donde el “tricolor” querrá  ponerse match point mientras que Peñarol buscará recuperar el terreno perdido en el primer juego de la serie.

Síntesis
Peñarol (88): Facundo Campazzo 11, Forrest Fisher 5 (x), Adrián Boccia 19, Leonardo Gutiérrez 11, Martín Leiva 16 (FI) Isaac Sosa 14, Matías Ibarra 8, Gabriel Fernández 0, Franco Giorgetti 2, Axel Weigand 2, Santiago Giorgetti 0, Julián Morales 0. DT: Fernando Rivero

Quilmes (68): Fabián Sahdi 0, Walter Baxley 21, Federico Marín 14, Mario Ghersetti 2, Diego Romero 6 (FI) Luca Vildoza 8 (x), Tayavek Gallizzi 7, Maximiliano Maciel 10, Facundo Piñero 0, Lucas Ortiz 0, Bruno Provenzano 0, Patricio Piñero 0. DT: Leandro Ramella.

Parciales: 27-14, 48-30, 66-47 y 88-68