Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Incrédulos abstenerse. La Selección Nacional logró el objetivo. Con su victoria por 2 a 1 ante Uruguay, se metió en el mundial de Polonia y consiguió sortear el peor rival, sus propios fantasmas.
Si señores. Argentina es nuevamente mundialista. Y vaya si se festeja este logro. Es que como lo reflejamos en La Bestia Deportiva, se sufrió más de lo pensado.
En una primera fase en donde quedaron más dudas que certezas accediendo a la siguiente fase como se dice en el ambiente, «por la ventana», e incluso con el debut con derrota ante Ecuador en el Hexagonal, muchos dudaron de este presente.
Parece ser que quienes nunca dudaron de la albiceleste fueron los propios jugadores que depositaron a un país en la próxima edición del mundial Sub 20 en donde buscarán la séptima corona.
Anibal Moreno y Gonzalo Maroni, una de las figuras del equipo de Batista, le dieron los dos goles que le permiten a Argentina sacar boletos para la próxima competencia mundialista. Ahora los pibes sueñan en grande y van por el Sudamericano en Chile.
Contra viento y marea. Contra desmanejos dirigenciales. Contra una AFA que mira de reojo los proyectos a largo plazo, Argentina está en la próxima Copa del Mundo Sub 20.
Mérito de este cuerpo técnico y de sus jugadores. Siempre hay una posibilidad de resurgir para el fútbol Argentino.