Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Parecía que el partido terminaba sin goles. Pero Boca siempre tiene un as bajo la manga. Dario Benedetto sobre el final le dio un resultado inmejorable al Xeneize con vistas al partido de vuelta en Brasil. Victoria 2 a 0 y la mitad más uno más ilusionada que nunca.
La vida es eterna en 5 minutos decía el fragmento de una canción. Y si lo sabrán los hinchas de Boca y principalmente Dario Benedetto.
Es que el partido se moría y nada hacia suponer que la historia sería otra. Con un Pavón impreciso, con un Villa que no desequilibraba, con un Abila eclipsado por los defensores, el empate era cosa sentenciada.
Hasta que el mellizo vio luz en el banco y optó por el «Pipa». Con muchas dudas en torno a su condición física ya que en los últimos 6 meses estuvo más afuera que dentro de una cancha.
Pero Benedetto y la Bombonera tienen una conexión difícil de describir. Y ese romance sumó un nuevo capítulo.
Primero de cabeza, con un salto y una definición impecables. Después con un gol de una factura maravillosa. Recibió de espaldas, pisada estilo europeo y latigazo inatajable bien pegado al palo.
Gol, explosión y delirio Xeneize. La historia tomó rumbos impensado en apenas algunos minutos.
Y Boca viaja a Brasil en una semana con una valija llena de ilusiones y medio pie en la final de la Copa Libertadores 2018