Por Martín Velasco (Corresponsal LBD en Córdoba). El Matador ganó de punta a punta el tetradecagonal, dejó sin chances a sus rivales y consiguió el ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino. El logro deportivo fue de visitante, pero la fiesta se desató en la Docta.
Tuvo que esperar hasta la última jornada para conseguir el objetivo, pero eso no opaca el gran año del equipo de Kudelka, que solo perdió un partido a lo largo de la temporada.
El final del tetradecagonal lo encontró consagrándose en Formosa, ante Sol de América, venciéndolo por 1-0 gracias al gol del juvenil Victorio Ramis. Mientras eso sucedía, en Córdoba se desataba una fiesta con miles de hinchas en las calles de la ciudad.
Raymonda, Ischuk, Francia, Barrionuevo, Strahmann y el emblema Rodrigo Burgos fueron solo algunos de los nombres destacados de este plantel, que se propuso a principio de campeonato ser el mejor, sacar diferencias en cada cancha y lo logró con creces.
Una vez concluído el juego decisivo, los simpatizantes albiazules se congregaron en el Patio Olmos, bien al centro de la Docta, para cantar y mostrar su alegría bajo la lluvia, que no impidió la celebración. En tanto, alrededor de 15 mil se trasladaron después al Estadio Kempes, donde rozando la medianoche se hicieron presentes los jugadores, agradeciendo el apoyo de una parcialidad que se bancó varios golpes durante estos últimos años.
El próximo escenario para Talleres será volver a integrar la Primera B Nacional, la cual formó parte durante un año en su pasada incursión, en 2014, produciéndose luego el fatídico descenso a la tercera división.
Seguramente el objetivo será mantenerse en la categoría y, a partir de allí, volver a erigirse como uno de los grandes del interior del país.
