La Selección Argentina que estamos acostumbrados a ver y a disfrutar, pasaron por su peor momento en el South París Arena en la tarde de Ushuaia, noche de París.

Un equipo de handball que le faltó el alma en la cancha. Cayeron de forma inapelable por 35 a 25 ante Hungría.

Si bien se sabía que iba a ser un partido duro, no se preveía que su desconcierto en los momentos importantes del partido sea para una diferencia tan grande.

Tal vez la pronta salida de Diego Simonet, su gran capitán, haya mellado en el ánimo del equipo. La falta de los extremos por lesiones y Parker que se lesionó en este partido y quedó afuera en el segundo tiempo, fue un cúmulo de problemas que este equipo de tanto carácter y garra no pudo superar.

El partido venía bien, ya que, hasta los 17 minutos del primer tiempo, el juego del equipo parecía encaminado. Con un parcial de 10 a 9 pudo ir llevando las riendas del partido.

Pero a partir de los 20 minutos fueron superados ampliamente por el portento físico de los húngaros que metieron 10 goles y los del conjunto argento solo 2 goles.

Ya en el segundo tiempo, el conjunto albiceleste no podía levantar y los goles en contra se le iban acumulando. Empezaron a desorganizarse cada vez más y empezaron las exclusiones que también lo dejaban sin reacción.

Si vamos a las frías estadísticas podemos ver que Hungría tuvo un 70% de efectividad ante un 55% de Argentina. En la primera mitad del partido «Los Gladiadores» se fueron al descanso con un marcador de 12 a 17.

En el cierre del partido ese parcial fue de 13 a 18. Hubo dos rojas y cuatro exclusiones de dos minutos. Este fue un partido para dar vuelta rápidamente la página y concentrarse en lo que está por venir. 

Dinamarca, es el primero del grupo, ganándole a Francia y Egipto. 

«Los Gladiadores» están preparados para dar pelea, estamos acostumbrados a verlos en las difíciles.