Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Argentina goleó a Ecuador por 6 a 1 en su segundo partido por fecha FIFA que había comenzado con el empate ante Alemania. Signos alentadores en el equipo de Scaloni.
Ganó y gustó. Además de golear, claro. La selección nacional dio otro convincente paso en búsqueda de definir una identidad futbolística pero fundamentalmente buscando la confirmación, en el común denominador del público, de su entrenador.
La actuación no deja margen a dudas. Por el contrario, confirma la aparición de una alternativa potable y efectiva en la delantera como Lucas Alario quien abrió el marcador a los 20 minutos del primer tiempo.
Después caras nuevas que también confirman su buen momento como Ocampos, Pezzela, la aparición de Domínguez de Vélez, la confirmación de Acuña y Paredes, pero fundamentalmente un funcionamiento colectivo que invita a la ilusión, teniendo en cuenta que le falta su pieza fundamental, Lionel Messi.
Silenciosa y laboriosamente Scaloni da pasos firmes. Corre el eje de la discusión y se afianza a base de buenas actuaciones como el entrenador de la Selección Argentina.
Con las eliminatorias a la vista parece haber rendido todos los exámenes necesarios para despejar toda duda en torno a quien será el DT en el corto y largo plazo.