Por Agustín “Colo” Aguirre (Corresponsal LBD en La Pampa)
El cervecero le ganó un partidazo de visitante a Peñarol por 85-82 y puso la serie de cuartos de final 1 a 0. A pesar de los 36 puntos de un enorme Campazzo, la figura del partido estuvo del lado de Quilmes con Marín que la rompió con 24 puntos y 13 rebotes. La foto es gentileza de Pick and roll.
El mejor clásico de los últimos 8 años dicen algunos. Pero lo que es real es que Quilmes se sacó la espina de estar siempre cerca en la fase regular y no poder ganarle a vencer por primera vez en cuartos después de 13 partidos y estar 1 a 0 arriba en la serie contra su enemigo Peñarol. Jugando un primer tiempo perfecto donde todo le salía bien, a jugar un segundo tiempo malo pero nunca bajo los brazos y en suplementario logro llevarse el primer partido.
Primer cuarto con una pequeña diferencia a favor de Quilmes, en un desarrollo con muchas interrupciones producto de las reiteradas faltas de un lado y el otro. Juego poco vistoso los dos iban constantemente al choco pero con el elenco de Ramella mucho más cómodo en el trámite.
Con un gran inicio de Federico Marín (8 puntos), figura del segmento junto a sus compañeros Baxley (8) y Ghersetti (4). En 5 minutos, el “Cervecero” sacó su máxima ventaja, 7-15, con un triplazo de su norteamericano desde 8 metros y un buen doble de Ghersetti.
Quilmes corrió la cancha, y estuvo muy inteligente en las ofensivas. Y se fue sintiendo muy bien anímicamente ante un Peñarol confuso, enredado en cada ofensiva. Fisher tuvo muchos inconvenientes con la defensa de Baxley, más Campazzo que no aparece y “Leo” que tampoco gravitaba en ataque.
La mala noticia para Quilmes, fue sin ninguna duda las faltas, Romero en un abrir y cerrar de ojos llego a la tercera en solo cinco minutos. Pese a que Peñarol recortó las distancias con un doble de Campazzo para ponerse a 2 (16-18), Walter Baxley con un triple devolvió la tranquilidad para un buen cierre de Quilmes en los primeros diez minutos (16-21).
El segundo parcial hubo muchas faltas técnicas y el juego se hizo sumamente trabado. Pero Ghersetti volvió a tomar protagonismo bajo la tabla, en ataque y en defensa. Pero el juego no encontraba fluidez por los constantes cortes. Los árbitros sancionaron tres técnicos contra el “Milrayitas”: a Rivero por reclamar caminata de Baxley, una insólita a Gabriel Fernández por simulación y otra a Campazzo también por reclamos.
El visitante supo aprovechar desde la línea esas situaciones (convirtió 12 de 14 lanzamientos en todo el período), y también las reposiciones. Peñarol era puto nerviosismo, con jugadores desencajados, en especial Campazzo que no le encontraba el rumbo al partido. Y los relevos no aportaron las soluciones requeridas por “Tulo” Rivero.
Con todo ese panorama, Quilmes fue sacando más ventaja en el marcador. Aprovechó las pérdidas (13 perdidas en este segmente) de su rival con letales contragolpes. El muy buen ingreso de Vildoza (5 puntos y 2 recuperos), le dio aire en el juego al equipo de Luro y Guido. Marin y un doble dejaron a Quilmes con la máxima en cancha (47-27), tras una desconcentrada pérdida de Leo Gutiérrez. Peñarol esperaba el descanso, Quilmes que no se terminara más. Así se fue cerrando un impecable primer tiempo para el “Tricolor”.
Era obvio que el segundo tiempo Peñarol iba a mejorar, porque había arrancado pésimo el clásico y de la mano de Campazzo se metió en partido.
El conjunto de Rivero salió como a comerse crudo a Quilmes y en solo 5 minutos emparejo el match.
Claro está, de la mano del talento, la personalidad, de Facundo Campazzo. El base, al que le sancionaron la cuarta falta al inicio del parcial, jugó ocho minutos y fue el sostén del equipo.
Rivero arriesgó en dejarlo en cancha. Con la férrea defensa de un Leiva que se impuso con facilidad, Campazzo anotó 14 de los 24 puntos con que Peñarol logró pasar al frente por primera vez en el partido, 56 a 55, justo en la última acción del cuarto.
¿Y Quilmes? Dejo que Peñarol lo pase por encima, no defendió, no atacó, no ayudó cuando Campazzo atacaba el aro. Todo lo bien que hizo en dos cuartos se lo vino abajo en uno solo.
Ramella no encontró soluciones tácticas para frenar a Campazzo, que provocó la quinta falta de Gallizzi. Walter Baxley abolló el aro (0/5 en tiros de cancha), y la ofensiva del “Tricolor” solo anotó 6 puntos. Parecía venirse la misma historia de clásicos anteriores donde donde jugaba dos cuartos excelentes y después se quedaba perdiendo los partidos.
El último cuarto fue emocionante e intenso. Porque ante cada doble milrayitas hubo una reacción del cervecero. Y mucho tuvo que ver Federico Marín que fue gigante en el Polideportivo. No se achicó, las pidió todas y se animó con el aro rival. Baxley tenía doble marca y atrapes permanente y el cervecero ya tuvo que improvisar casi todo el segundo tiempo con el doble cuatro (Ghersetti-Maciel o Maciel-Piñero) quedándose definitivamente sin poste bajo en ataque.
Peñarol siguió con la manía de sumar casi exclusivamente por medio de los libres (10 de los 16 puntos llegaron por los tiros libres), mientras Quilmes que definitivamente no podía entrar a la zona pintada del local decidió jugarse a los triples sin mucho éxito 1/9 . Todo era muy emocional.
Las escenas de cierre del juego fueron una película de suspenso. Primero pareció que lo ganaba Campazzo solo cuando metió dos dobles seguidos y puso su equipo dos arriba (70-68) a falta de 1:00 para el final. Baxley metió un solo libre (70-69) y la historia era para Peñarol, no obstante, erró Leo Gutiérrez el triple (mala noche) y luego con 21 segundos Facundo Piñero erró su cuarto triple.
Parecía asunto liquidado. Campazzo fue la línea y metió uno solo (71-69) cuando llegó una extraordinaria mandada de Baxley que le dio un paso éxito a Federico Marín que terminó con gol y foul convertido (71-72) cuando solo restaban 9 segundos. En la última jugada, Campazzo recibió la falta que lo mandó a la línea, pero Facundo metió uno solo, empató en 72 y no hubo tiempo para más. Se fueron al suplementario.
Con cuatro jugadores afuera por cinco faltas, habiendo aguantado con doble ala pivote parecía imposible para Quilmes el alargue. el cervecero siguió peleando a pesar que Campazzo seguía haciendo magia en cada mandada. Lo ganaba Peñarol 79-78 pero Baxley que fue siempre alternando más malas que buenas (2/15 en dobles) encontró un triple fenomenal (79-81) a falta de un minuto.
Otra vez Campazzo puso al frente a Peñarol (82-81) con un triple decisivo a falta de 35 segundos. La historia de Peñarol ganando con un solo referente parecía posible. Habiendo jugado mal, empujando, luchando, lo tenía en las manos. Llegó el último ataque cervecero y parecía que la perdía Baxley cuando la encontró Maciel.
Y Maxi, en vez de darle nuevamente a Walter decidió lo mejor que podía hacer, desafiarlo en el uno vs uno a un muy cansado Leo Gutiérrez. Le ganó con piernas, fue para abajo y metió el doble más importante del año (82-83). Cuando solo restaban 22 segundos.
Allí llegó la juagada del final. Repuso Peñarol, se la dio a Campazzo y Quilmes decidido a defender lo mandó a Marín, que fue a buscarlo una, dos y tres veces a Facundo que no quería penetrar Campazzo en vez de penetrar lo miró a Leo Gutiérrez para ver si leo hace algún acción de desmarque pero estaban los dos muy cansados.
Con los que le quedaba el base jugó rompimiento pero lo encerraron lógicamente entre tres. Abrió a la derecha a un solitario Weigand que desde la línea de tres erró el tiro ganador. El rebote fue de Piñero que recibió la falta con 1 segundo y medio para el final. El Faca metió los dos (82-85) y final. Quilmes lo hizo y la gente estallo como nunca se había visto.
Ahora el sábado Peñarol tiene que ir en buscar del triunfo como sea, mientras que Quilmes con la tranquilidad de llevar la serie al mejor de de 4 sueña con pasar a las semis.
Síntesis
Peñarol (72) (82) : Facundo Campazzo 36 (x), Forrest Fisher 13 (x), Adrián Boccia 1 (x), Leonardo Gutiérrez 10, Martín Leiva 11 (FI) Franco Giorgetti 6, Isaac Sosa 1, Gabriel Fernández 0, Axel Weigand 2, Matías Ibarra 2. Dt: Fernando Rivero.
Quilmes (72) (85) : Fabián Sahdi 2 (x), Walter Baxley 24, Federico Marín 26, Mario Ghersetti 10 (x), Diego Romero 1 (FI) Tayavek Gallizzi 1 (x), Luca Vildoza 8 (x), Facundo Piñero 6, Lucas Ortiz 0, Maximiliano Maciel 7. Dt: Leandro Ramella.
Progresión: 16-21, 32-49, 56-55, 72-72 y 82-85