D. Campos, Palma de Mallorca. El Barcelona conquista su cuarta Copa del Rey, la número treinta de su largo historial (leer más), en un gran encuentro goleó por 5 a 0 al Sevilla.
Bajo la dirección de Andrés Iniesta, con Messi y Suárez cumpliendo al pie de la letra el planteo táctico de Valverde, los blaugrana borraron del campo de juego a un Sevilla irreconocible. Tan sólo Jesús Navas, o Sandro que entró por un apagado Correa, intentaron, al menos, llevar algo de peligro al arco de Cillessen. Apenas empezó a rodar el balón en el césped del Wanda Metropolitano, el Barça se adueñó de la pelota y apretó a su rival en todos sus frentes.
El primer gol de la noche llegó en el minuto 13. Suárez aprovechó un pase de Coutinho y superó a Soria. Luego fue Messi quien anotó el segundo, resolviendo un toque entre Iniesta y Jordi Alba. Diez minutos más tarde cayó el segundo de Suárez que significó el 3 a 0.
Al descanso se marcharon los protagonistas de la final y a su regreso siguió la fiesta del Barcelona. Fue entonces que Iniesta combinó con Messi en un ataque fulminante, regate a Soria y disparo al arco vacío. Con el Sevilla fuera del partido, hacía un rato largo, el Barcelona coronó la goleada con un penal de Coutinho por mano de Lenglet.
El juez del encuentro, Gil Manzano, no quiso extender más el sufrimiento sevillista y no adicionó ni un minuto más a los noventa reglamentarios. El Barcelona feliz, dejo atrás, los fantasmas de Roma, y el Sevilla despedido con pitos e insultos por su afición, sufrirá lo indecible para dejar atada su participación en Europa el año que viene.