Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
River Plate ganó su partido y cerró tal vez el mejor año de su historia. Victoria 4 a 0 al Kashima y tercer puesto en el Mundial de Clubes. Ahora prepara la tan postergada fiesta ante su gente en el Monumental.
Atrás quedó el sabor agridulce de la derrota ante el Al Ain que le hubiera permitido jugar ante el Real Madrid. Pero eso quedó muy atrás.
River jugó a lo River y cerró el año deportivo más glorioso de su amplia historia. Zuculini, el Pity Martínez en dos oportunidades y Santos Borre le dieron la victoria a los dirigidos por Gallardo.
Incuestionable, idolatrado, sagrado. Marcelo Gallardo cerró a toda orquesta demostrando una vez más, sus sobradas condiciones para conducir los destinos de este y cualquier equipo al éxito.
Finalmente llegó el momento del descanso y de plantear nuevos objetivos para seguir dejando en lo más alto a su institución.
La despedida
Con el final del mundial de Clubes llegó también el fin de un ciclo, el del «Pity» Martínez (que loco que está). El de los goles trascendentales.
El de la corrida interminable en el Bernabeu. El de los goles en la Bombonera. Doblete en su despedida y la puerta que siempre quedará abierta a un jugador que se metió en el corazón del hincha millonario.