Por Ricardo Acuña (Especial para LBD) La Selección Argentina goleó-vapuleó a Estados Unidos por 4-0, en una tremenda demostración de superioridad, quizás la mejor actuación en la era Martino.
Sin palabras de elogio que no fuesen repetir «genio, crack total, ídolo». Como definir a Lionel Messi luego del partido de anoche en el majestuoso estadio NRG de Houston, Texas. Cualquier adjetivo queda corto. Colocar un tiro libre al palo del arquero con la «rosca» perfecta, «donde duermen las arañas» es excelso. Anteriormente la claridad del 10 entregó un toque a su amigo Lavezzi quien cabeceó con total ubicación para superar a Buzan y abrir el partido. Asistió en los otros goles, que más?
Sin tener nada más que demostrar, Argentina irá por su tercer final en 3 años. Hoy surgirá el rival del cruce Chile-Colombia, donde a priori los actuales campeones aparecen como favoritos por la reciente goleada a México, un 7-0 inolvidable. Por el momento, Estados Unidos va a Phoenix esperando definir el bronce con el perdedor de esta noche. Una semifinal para Klinsmann fue gloriosa, pero para vencer a Argentina no alcanzará jamás. El planteo de nuestro equipo, ahogando cada pelota que tocaba EEUU (los nuestros demostraron el potrero de nacimiento, habilidad del tren inferior, etc) fue demasiado para jugadores que carecen de esa habilidad casi innata de una gran parte de los latinos.
Como mencionamos, hoy Chile-Colombia. Chile sin Vidal, pero con Vargas «en llamas». Se visualiza a lo lejos, la revancha de la final anterior. Los jugadores no hablan de revancha, pero la gran mayoría lo desea. El equipo está aceitado y ayer funcionó. Es cierto que Bolivia, Panamá, Venezuela y Estados Unidos no son el más duro camino que un equipo requiere. Contra Chile fue aceptable. Ojalá sigamos enchufados y con un planteo similar al de anoche, casi invencible.
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