VerTe volver

Por Martín Tinka Velasco / @tinkavelasco (Corresponsal LBD en Córdoba) Con más de 60 mil personas alentando en el Estadio Kempes, Talleres le ganó 1-0 a San Jorge, aprovechó la caída de Maipú y ascendió a la Primera B Nacional tras casi cuatro años de sufrimiento. Maxi Velasco anotó el gol para los de Barrio Jardín, que deliraron y festejaron a más no poder por la resurrección de un grande del interior.
¡Por fin, Talleres, por fin! Eso parecieron decir las almas matadoras que se dieron cita en el Chateau, vestido de gala con los colores azul y blanco, porque si hay una categoría que se sufre, esa es sin lugar a dudas el Argentino A. Viajar por todo el país, visitar canchas con bajas condiciones de infraestructura, en fin, recorrer un camino lleno de obstáculos. Y todo eso sufrió la T a lo largo de estos 3 años y 10 meses que duró la travesía por un lugar que no le correspondía pero debido a malos manejos institucionales y deportivos cayó, hasta que el lunes 6 de mayo gritó campeón y volvió a la escala intermedia, esa que seguramente servirá de trampolín hacia el lugar que nunca debería haber abandonado: la Primera División.
El partido contra San Jorge fue uno más, muy parecido a los anteriores del Undecagonal, con poco juego, muy trabado y llegadas en ambos arcos. Tal fue el trámite que finalizaron 0-0 la primera mitad. Pero en el complemento, cuando las más de 60 mil almas parecían dejar la vida en cada pelota, llegó el gol del ascenso, a los 5`: desborde de Gastón Bottino, centro atrás y Maximiliano Velasco de taco que la mandaba al fondo de la red. Era 1-0 y un desahogo por tanto tiempo sufrido, por tantas batallas perdidas y también por la historia. De allí en más, solo había que disfrutar la fiesta en las tribunas esperando el final, y anhelando que en Tandil, Santamarina le siga ganando a Deportivo Maipú, el único con chances de alcanzar a la T.
Llegó el deseado pitazo del árbitro, que marcaba el círculo central y hacía secar las gargantas albiazules con tanta angustia contenida de esos hinchas que nunca fallaron a los colores, que siempre estuvieron en las buenas y por sobre todo en las malas, esos que se bancaron jugar una Libertadores y al año siguiente estar en la B, los mismos que años más tarde vieron hundirse al club de sus amores. Talleres vuelve a la Primera B Nacional como la historia lo demandaba, a festejar maTadores.

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