(Especial para LBD Ricardo Acuña desde Comodoro Rivadavia) El saldo del Campeonato Nacional de Selecciones de Futsal «A» dejó muchos matices. Por le lado de Tierra del Fuego, mostró un equipo que dio batalla en todos y cada uno de los partidos que disputó, siempre mostrando el signo del buen juego, de querer respetar este hermoso deporte que en Patagonia tiene muchos colosos, como Rio Grande. Esta vez, la suerte le fue esquiva en muchas ocasiones y no logró mantener la categoría (jugará el próximo Nacional «B»). Pero el 6° puesto final obtenido fue bueno, el nivel demostrado por todos los equipo dejó claro que el nivel «A» es muy alto. Ushuaia tendrá la responsabilidad (al haber ganado de manera brillante en Mendoza) de tratar de ingresar a un podio por demás complicado. Río Grande perdió la categoría, pero con la tranquilidad que dejó todo en la cancha y fue un duro rival para todos. La convivencia mostró un grupo muy unido, fuerte, donde la diferencia de edad entre los más chicos con los más grandes no se notó. También observamos la buena conexión y el respeto de los jugadores con el cuerpo técnico y especialmente con Marcelo “Pache” Barrientos, que mostró una cara que no conocíamos del técnico de la selección (también debutante en ese cargo). «Pache» aconsejó todo el tiempo a sus jugadores, charló mucho e hizo hincapié en “que aprovechen este torneo, para aprender, ellos como jugadores y yo como DT”. El viaje de vuelta a Río Grande, fue en cordialidad total, con muchas bromas y anécdotas. Si bien la permanencia no se logro, se estuvo muy cerca. El resultado y el análisis por todo lo expresado, ha sido muy positivo. Quedamos con tranquilidad, que una nueva etapa, en cuanto a selecciones, está naciendo y como toda etapa nueva, el trabajo y el compromiso serán fundamentales, y si se continúa con el trabajo como se encaró, nuestra selección volverá al primer plano nacional muy pronto. Río Grande no participaba en dos nacionales consecutivos (2010 y 2012), hace muchísimos años. Por suerte ahora tenemos una generación de dirigentes, técnicos y preparadores físicos que demostraron que están a la altura de las circunstancias.
Un duro cuadrangular fue el de la permanencia, que de manera inexplicable, y quizás al ser la primera edición de esta nueva modalidad de torneos, se revea el tema de los descensos. De los 4 equipos que la disputaban, 3 descendían, tema que se hablo al comenzar el torneo. El cuadrangular se jugó todos contra todos y el primero, únicamente, seguiría manteniendo la categoría. Río Grande, con algunos golpeados en su plantel, empato con Formosa 3 a 3, en la primera fecha, resultado que habla de por si lo que fue el partido. En la segunda fecha, le ganó a Caleta Olivia por 4 a 2, en otro encuentro donde el elenco de Río Grande jugó en un gran nivel, pero la gran diferencia que Formosa le sacó, al otro elenco formoseño, de Ibarreta por 10 a 3, dejo al seleccionado del norte del país con una gran ventaja sobre los tres equipos restantes. Río Grande debía ganar en la última jornada y esperar una manito de Caleta Olivia, mano que nunca llego. La ultima fecha, Río Grande se enfrento a Ibarreta, los nervios al saber que debía, no solo ganar, sino, también golear y esperar el partido entre Caleta Olivia y Formosa que jugaban después, se hicieron sentir en los 10 minutos iniciales, Ibarreta se puso 4 a 0. Río Grande, se tranquilizo, y comenzó asediar la valla formoseña, innumerable situaciones tuvo Río Grande, siete tiros en los palos en la primera mitad, mas la enorme actuación del arquero impidieron que Río Grande pueda convertir y achicar la diferencia de gol. La primera etapa finalizo 4 a 2. En la segunda, la historia se repitió, la pelota no quiso entrar, nuevamente, los palos y el arquero se encargaban de ahogar los gritos riograndenses. Los goles llegaban en cuenta gotas y Pablo Guereta, que tuvo un torneo excelente (también debutante) se jugaba la vida y el físico en cada intervención. Hasta que faltando dos minutos, Río Grande empato el partido 4 a 4, y lo dio vuelta a 27 segundos del final, el objetivo se cumplió, se ganó, y la selección de Marcelo Barrientos quedo primero en la zona, esperando una manito de Caleta, Formosa debía perder o empatar para que Río Grande quede puntero. Sin embargo, Formosa goleo 7 a 2, a un Caleta Olivia, que jugó de manera displicente.
La final fue infartante. Comodoro Rivadavia disputaba el título frente a su público, ávido de campeonato. 2.500 personas colmaron el Gimnasio Municipal N°1, de Viamonte y Aristóbulo del Valle. Comodoro Rivadavia arrancó ganando, con la solvencia de «Pelé» Nuñez pero, Mar del Plata demostró porqué estaba en la Final. Empató el partido e incluso puso el desnivel para finalizar el primer tiempo en favor de los bonaerenses. Silencio y sorpresa. El segundo tiempo mostró fricción, dureza, buenas jugadas, emoción y el empate. Y el desnivel para Comodoro, Poco duró la alegría ya que 2 goles de Mar del Plata enmudecieron el estadio. El público cada vez más nervioso, faltaba menos de un minuto y la gente empujaba junto a los comodorenses que merecían largamente el ansiado empate. Y llegó cuando faltaban 9 segundos en el reloj, junto a la explosión de alegría de la gente: 4 a 4 y al alargue. 2 períodos de 5 minutos, donde Comodoro sacó a relucir todo y venció 8 a 5 en el global. Fiesta y campeonato para el local.
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