Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
Andy Murray tuvo un partido perfecto en la final del Masters 1000 en la capital italiana y se impuso por 6-3 y 6-3 ante Novak Djokovic. Fue su título número 12 en torneos de esta categoría y el primer festejo en 2016.
Tan solo una semana después de perder el segundo lugar del ranking mundial, Andy Murray lo recupera y manera épica. En la final del Masters 1000 de Roma venció al número 1 del mundo gracias a la solidez con su servicio y aprovechándose del juego errático y fastidioso de Djokovic.
El escocés ganó sus primeros ocho puntos con el saque y, luego de dejar pasar tres puntos de quiebre en el 1-0, selló la primera rotura para el 3-1 bajo una pequeña llovizna.
Djokovic dio todo el tiempo claras señales de no estar en su mejor día, tiró la raqueta al piso -rebotó y saltó hacia el público-, habló de muy mala manera con el umpire Damián Steiner por no parar el partido por el mal clima y acumuló más errores no forzados que nunca.
El escocés intentó sacar de su vista todo lo sucedido del otro lado de la red y continuó con su plan de juego. Sin mayores sobresaltos llegó al 5-2, y, al mismo tiempo que la lluvia incrementaba su caudal, cerraba el primer set 6-3 en 46 minutos.
Djokovic tuvo su momento en el partido en el inicio del segundo set. El serbio estuvo más fino con sus golpes, sólido con el servicio y llegó a contar con puntos de quiebre en sus primeros dos turnos con la devolución. Pero no pudo aprovechar esos lapsus y de nuevo aparecieron los problemas para él.
Murray soportó la presión del serbio y, con un gran game, quebró para el 3-2. La situación adversa volvió a sacar del eje al N°1 del mundo, que una vez más discutió con el juez de silla.
El escocés mantuvo distancia de la situación y, con coraje y jerarquía, sacó un duro game adelante (estuvo 30-30 en el 4-3) y lo cerró con autoridad. Finalmente, con un punto sublime, acorde a su semana en Roma, coronó su victoria.
Sin dudas a Djokovic le jugó en contra haber llegado a la definición con cansancio acumulado por sus apretadas victorias ante Rafael Nadal y Kei Nishikori, a quien dejó en el camino en semifinales en un duelo que duró poco más de tres horas y que finalizó cerca de la medianoche.
Murray es el primer británico en ganar el título en el Foro Itálico en la Era Abierta y quebró una racha negativa de cuatro derrotas ante Djokovic en polvo de ladrillo. Consiguió el título N°36 en su carrera, primero en la temporada y volvió al puesto número 2 del mundo.