Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
Todo un país se fundió en un abrazo. Argentina es finalista de la Copa América. Superó por penales a un complicado Colombia. Ahora buscará cortar la sequía de títulos ante Brasil.
«Primero hay que saber sufrir» rezaba el tango Naranjo en flor. Y nuestra selección sufrió. Es que como le ocurre en gran parte del ciclo Scaloni, arranca con una intensidad que le cuesta mantener, y por momentos termina cediendo el dominio del partido.
Así le paso frente a Colombia situación que terminó con el empate del elenco cafetero cuando promediaba el segundo capítulo.
Antes a eso, un comienzo brillante. Un Messi en modo Maradona, con garra, corazón y coraje, además de su talento inigualable. Un Lautaro goleador, un medio campo equilibrado y una defensa que cuenta con un arquero fenomenal. Todo era alegría.
Hasta que el cansancio comienza a jugar, argentina deja crecer al rival y pasa lo que viene ocurriendo en los últimos partidos.
Los penales son fortuna y calidad en la ejecución. Además del respaldo del número uno. Excelente ejecución de los pateadores argentinos, salvo De Paul que la mandó a la tribuna, y la aparición de un arquero que nos llena de ilusión como lo es el «Dibu» Martinez.
Victoria por penales, y Argentina finalista. La ilusión, más viva que nunca.