Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Yelena Isinbayeva coronó una exitosa carrera con su tercer título mundial de salto con garrocha en una apasionante final que reunió a más de 40.000 espectadores en el estadio Luzhnikí, máxima convocatoria en lo que va del certamen. La rusa de 31 años es dueña de 28 record mundiales, una verdadera estrella del atletismo mundial.
Al igual que en los Juegos Olímpicos de Londres, Isinbayeva tenía como mayores competidoras a la estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica, la brasileña Fabiana Murer, campeona mundial, y la cubana Yarisley Silva, líder del año con 4.90 y autora de los cinco mejores saltos de la temporada.
Sin embargo, un salto perfecto de 4.89 metros, concretado en el primer intento, fue la marca ganadora que quedará por siempre en los libros de la historia del atletismo, ya que fue el último de la belleza nacida en la antigua Unión Soviética, aunque ella misma no descartó la chance de un posible regreso.
Suhr llegaba a la final con una marca de 4.80 metros y Yelena en la tercer ubicación con 4.78. La rusa, que ostenta el récord al aire libre de 5.06 metros, ha saltado este año 5.11, pero solo en los entrenamientos previos a la competencia oficial.
La garrochista de 31 años recibió la máxima ovación en el estadio Luzhniki después de cuatro jornadas del Mundial, especialmente cuando saltó la medida de 4.75 metros, que la depositaba segunda detrás de Suhr.
La vara situada en 4.82 fue el filtro para determinar el podio, sólo Suhr, Isinbayeva y la cubana Yarisley Silva superaron esa altura. Las tres saltaron los 4.89 con el podio asegurado.
La medalla de plata fue para Suhr y la de bronce para Silva; en tanto que el oro y la gloria eterna fueron para Isinbayeva, la máxima ganadora de la historia de esta disciplina.
A lo largo de su carrera, la garrochista oriunda de Volgogrado ha conseguido 28 récords mundiales. Lejos quedó de los 35 récords del ucraniano Sergey Bubka, plusmarquista masculino de salto con garrocha, actual vicepresidente de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) y aspirante a la presidencia del COI (Comité Olímpico Internacional).
Isinbáyeva protagonizó una despedida acorde a su rico palmarés, después de sus fracasos en los dos últimos Mundiales. En el Mundial de Daegu 2011 apenas finalizó sexta; en tanto que en Berlín 2009 no pudo realizar ni un solo salto válido en la final. Sus títulos mundiales correspondían a los de Helsinki 2005 y Osaka 2007.
Se despide una de las más grandes del deporte, pero como ella mismo dejó a entrever, las puertas del retorno están abiertas.