Ferrer tricampeón en Buenos Aires

Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

El tenista español logró su tercera corona consecutiva en la Copa Claro luego de vencer en la final al italiano Fabio Fognini por 6-4 y 6-3. Esta edición del ATP porteño tuvo la penosa particularidad de que ningún argentino alcanzó los cuartos de final; del otro lado del mundo, Del Potro también fue eliminado prematuramente en el ATP 500 de Rotterdam.

David Ferrer cortó este domingo una racha de siete finales perdidas de manera consecutiva, levantó su primer título en 2014 y el número 21 de su carrera, 11 de ellos sobre polvo de ladrillo. El valenciano comenzó el duelo definitivo ganando 12 de los primeros 18 puntos para adelantarse 3-0 en el marcador, sin embargo el italiano logró la paridad en tres juegos. Luego, un quiebre más le alcanzó al primer preclasificado para quedarse con el set inicial.

En el segundo parcial, Fognini jugó palmo a palmo con el nuevo número 4 del mundo hasta que la cabeza del español quebró la resistencia del último campeón de Viña del Mar y repitió la historia de los últimos dos años levantando el trofeo en suelo argentino luego de una hora y 14 minutos de juego.

En Rotterdam, Juan Martín del Potro fue eliminado en los cuartos de final por Ernest Gulbis y no pudo defender el título obtenido el año pasado, por lo que volverá al quinto puesto del ranking mundial. El próximo compromiso del tandilense, si su muñeca maltrecha se lo permite, será en el ATP 500 de Dubai, que comenzará el 24 de febrero.

El traspié de Del Potro en Holanda y la ausencia de compatriotas en los tramos decisivos de los otros torneos exponen la delicada situación por la que atraviesa el tenis argentino. El número 1 nacional alterna grandes actuaciones con caídas impensadas, muchas de ellas a causa de su físico maltrecho.

Detrás de él, se encuentra una brecha entre los tenistas que deambulan entre el puesto 50 y 150 del ranking nacidos en la década del 80 (Berlocq, Zeballos, Mónaco, Mayer); y las jóvenes promesas que todavía no se asentaron en el circuito mayor y que solo tuvieron alguna que otra actuación rutilante (Delbonis, Argüello, Velotti).

Todas estas falencias solían cubrirse con aceptables actuaciones en la Copa Davis, pero este año la eliminación en primera ronda dejó expuestos los problemas que atraviesa la Asociación Argentina de Tenis.

En septiembre se disputará el repechaje por la permanencia, el descenso sería un duro golpe tanto en lo deportivo como en lo económico, ya que volver a una categoría inferior significaría una pérdida trascendental en cuanto a los ingresos que financian la capacitación de las nuevas generaciones.

Es momento de dejar de añorar el pasado, esperar una nueva Legión sería utópico en base a este presente, es imprescindible un cambio de rumbo que devuelva al tenis argentino a los primeros planos del deporte blanco.

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