Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Luego de la heroica victoria frente a Francia del último fin de semana, el equipo comandado por Martín Jaite ya tiene en vista a su próximo rival, República Checa, a quien visitará del 13 al 15 de septiembre próximos. Todavía se festeja este triunfo, pero a poco más de cinco meses de la semifinal, se mira de reojo lo que será otra dura misión para la legión argentina.
El domingo al mediodía, el estadio Mary Terán de Weiss se llenaba de incertidumbres y de recuerdos de desazón por una situación que comenzaba a tornarse adversa una vez más. Juan Mónaco no tenía respuestas ante un contundente Jo-Wilfried Tsonga que hacía vibrar al conjunto de hinchas franceses que durante esa mañana jugaron de local en Parque Roca.
«Pico» nunca tuvo una estrategia de juego, desde el primer punto le cedió la iniciativa a su rival y al francés en ningún momento le tembló el pulso para definir los puntos. Apenas un puñado de games pudo arañar el tandilense en los primeros dos sets, pero en el definitivo todo fue del número 8 del mundo y en menos de 2 horas de juego igualó en 2 la serie.
A pesar de todas las suspicacias que se generaron en cuanto a quienes serían los encargados de definir qué nación accedería a las semifinales, Gilles Simon y Carlos Berlocq salieron a la cancha. Ninguno de los dos capitanes arriesgó de más y finalmente se decidieron por los otros dos jugadores que habían jugado en la jornada del viernes.
El número 13 del mundo era el favorito en los papeles, pero «Charly» salió decidido desde el primer punto a faltarle el respeto a un jugador que sin lugar a dudas lo superaba en cuanto a calidad. Sin embargo, la diferencia con el primer encuentro de esa jornada fue el plan táctico que el argentino realizó para quebrar el juego sólido de su rival.
Cargando incansablemente el juego sobre el revés del galo y jugando muy pacientemente, encontraba los espacios necesarios para lastimar con derechas potentes y ganadoras.
El duelo fue muy parejo con puntos de altísima calidad de parte de ambos jugadores, y con sets definidos siempre con una mínima ventaja para el ganador. Sobre el final del encuentro aparecieron las dudas por parte del nuevo número 64 del mundo, sabía que estaba a punto de dar uno de los mayores golpes del tenis argentino de los últimos años.Tardó en llegar, pero la victoria por primera vez en la historia ante este rival fue para Argentina.
Pensando en lo que se viene, del 13 al 15 de septiembre el rival en las semifinales será el mismo que en 2012. Esta vez los checos serán los anfitriones, se presume que la superficie elegida será la Novacrylic Ultracushion, una carpeta de las más rápidas existentes y sobre la cual alzaron su única ensaladera como nación independiente.
Con una sed de revancha inconmensurable, el equipo argentino buscará en República Checa vengar la última y dolorosa derrota que los comandados por Jaroslav Navratil le propinaron a nuestro equipo el año pasado en Parque Roca. El capitán checo confirmó las presencias de Tomas Berdych y Radek Stepanek para dicha serie, con ellos el conjunto europeo es firme candidato a repetir el título en esta edición del certamen.
Por el lado argentino, la duda que recorre el inconsciente colectivo es si Juan Martín Del Potro será de la partida en septiembre. El tandilense fue contundente en su decisión de no disputar la Copa Davis en 2013, los conflictos dentro del vestuario alejaron al equipo de quien hasta hace poco fue el As de espadas.
Sin embargo, Delpo tuvo un buen gesto apenas consumada la victoria albiceleste, desde su cuenta de Twitter expresó: «Felicitaciones a Charly Berlocq por su gran victoria en el quinto punto y al equipo en general por el triunfo ante Francia», por algo se empieza dicen.
Otra posibilidad que se baraja es la de David Nalbandian jugando uno de los singles, para ello el cordobés debería realizar una puesta a punto intensiva en estos cinco meses, disputando los torneos importantes del circuito, lo que le daría el rodaje tenístico y físico que necesitaría para llegar en condiciones de enfrentar a jugadores de la envergadura de Stepanek o Berdych.
El historial favorece claramente a los checos que dominan 4-1, y de las 7 semifinales que nuestro país jugó fuera de casa sólo ganó una (ante Serbia, 3-2, en 2011).
Como también es cierto que nunca, hasta ahora, se le había ganado a Francia. Los análisis previos sirven como simple estadística, ya que en la Copa Davis, las sorpresas están siempre a la orden del día.