Por Agustín “Colo” Aguirre (Corresponsal LBD en La Pampa)
Peñarol puso match point la serie frente a Quilmes ganándole 80 a 68 recuperando la localía gracias a un enorme Facundo Campazzo con 32 puntos. El jueves el cuarto partido con la llave 2 a 1 arriba para el “milrayita”. La foto es gentileza de Pick And Roll.
Lo de Campazzo ya no tiene adjetivos, cuando Quilmes parecía que lo cerraba en el tercer cuarto apareció “Facu” en su máxima dimensión y metió 13 de los 19 puntos de Peñarol y lo dejo partido. Para después cerrarlo de manera brillante, tal vez el marcador final no es lo que reflejó el juego pero al “Milrayita” poco lo importa y espera con tranquilidad el cuarto partido de la serie.
Quilmes salió a jugar el partido con un equipo más bajo , con la inclusión de Maxi Maciel por Diego Romero. Una propuesta que sorprendió a Peñarol de entrada. El “Cervecero” empezó con mejor mano, dando buenos pases en ataque pero fundamentalmente sus lanzamientos desde más allá de 6.75. Tras comenzar 3-6 abajo, logró un parcial de 11-0, con tres bombazos consecutivos de Maciel, Sahdi y Marin, el “Cervecero” se puso 14-6 al frente.
Tras el minuto solicitado por Rivero, Peñarol intentó volver al juego. Cuando reaccionó, otra vez Maciel desde el perímetro alejó a su equipo 17-10. El elenco de Ramella jugó bien el pick and roll, y el “Milrayitas” tuvo problemas para defender, defendía cajón y uno a Baxley. Sin embargo, cuando Peñarol se dio cuanto que la defensa no le funcionaba volvió a personal cerró mejor el cuarto, llegando a igualarlo en 19 producto de un parcial de 9-2, con Campazzo como asistidor y anotador.
En el segundo cuartos, el “Lata” Ibarra tuvo un buen ingreso. Con un doble+falta sacó la máxima para el “Milrayitas” que era tan solo de 5 (19-24) mostrando la paridad que había entre los dos. Rivero roto por completo el banco salvo por Leiva. En tanto, Quilmes jugó interno y con la aparición de Diego Romero, encontró los espacios para generar en él la mejor vía de gol, todavía con un Baxley apagado. El misionero anotó 12 de los 20 puntos de su equipo en el parcial. Cuando los de Ramella se acercaron 24-26, Isaac Sosa desde el perímetro recién anotó el primer triple de Peñarol en el partido (1 de 6 en el primer tiempo).
Romero estaba indetenible para Leiva. Con un parcial de 8-0, el “Cervecero” pasó al frente 32-29. Peñarol volvió a mostrarse muy nervioso, muy molesto con el juego que proponía Quilmes que era de permanente roce. Otra vez Romero estiró la ventaja de Quilmes (36-31), mientras el “Milrayitas” no encontraba gol ni en el perímetro ni en la pintura. Sin embargo, Peñarol tuvo dos ataques muy cómodos con un doble de Boccia, y un brillante doble de Campazzo para irse al descanso largo abajo por 2 (39-37).
Quilmes volvió a mostrarse más seguro que un Peñarol de ofensivas muy trabadas. A los pocos segundos, Leiva llegó a la tercera infracción. El pivot “Milrayitas” tuvo muchas dudas en defensa ante un Ghersetti que mostro su mejor cara del partido, tanto en el rebote como en ofensiva. Quilmes abusó del tiro perimetral (venía de un 0/4 en el segundo cuarto). Fallaron Maciel y Sahdi en dos oportunidades. Pero Ghersetti, confiado, sí embocó para el 44-39. Tras una pérdida de Leiva, en el contragolpe Marín estiró ventajas a 46-39. Pero el “Tricolor” fue decayendo en el parcial. Romero fue bien controlado por el ingresado Gabriel Fernández, y Ghersetti llegó a la cuarta falta a los 5 minutos.
Encima, Quilmes tuvo cinco pérdidas consecutivas en ataque que Peñarol no supo aprovechar del todo, aunque Facundo Campazzo empezó a cambiar el rumbo. Siete puntos consecutivos (con un triple y dos penetraciones mágicas) para quedar 50-49, a un punto de su rival, a 2:20 del cierre. Peñarol, con su base ya determinante mientras Leo Gutiérrez seguía fallando triples (0/3) y Boccia fallaba dobles increíbles, finalizó al frente 55-56, con un triple de Campazzo, que llegó a los 13 puntos en el parcial (sobre 18 anotados por el equipo).
Parecía, que en el arranque del cuarto período Baxley encontraba su rumbo en el partido. Comenzó con cuatro puntos seguidos para devolver al frente a su equipo (59-56). Pero solo fue unflash de pocos segundos. Fisher empató desde el perímetro con un buen triple, y Campazzo dejó locos a todos con un amague de faja y bandeja en el aire, con suspenso ya que la pelota quedó quieta y cayó para convertirse en doble, que el base le agregó un punto más por la falta.
Quilmes seguía en caída. No encontraba gol ante la férrea defensa de Peñarol. Entre Vildoza y Maxi Maciel (triple para igualar en 64) mantenían encendida la esperanza. Pero Leiva con una tapa, y Campazzo con cuatro puntos seguidos nuevamente de calidad, pusieron el 64-70 a 3:51 del final. Leo Gutiérrez anotó su primer triple de la noche a 2:28 para decretar el parcial de 10-0 que quebró la historia (64-74) y ahí Quilmes se derrumbó de todo y no tuvo vuelta en el partido.
Lo restante, fue más magia de Campazzo. Para cerrar un partido que parecía que lo perdía, es cierto dependió mucho de su base estrella pero poco le importó a la gente de Peñarol que ahora está arriba 2 -1 frente a su clásico rival.