Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
El tandilense se quedó con la presea plateada del single masculino de tenis luego de caer por 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5 ante el británico Andy Murray, segundo preclasificado, tras cuatro horas de juego. «Delpo» es el único tenista argentino en subirse en dos oportunidades al podio olímpico (anteriormente en Londres 2012 al obtener la medalla de bronce).
«Delpo» se recibió, una vez más, de héroe argentino. Muchas veces discutido, muchas veces criticado, muchas veces ha caído, aún más veces se ha levantado. Este año en Río, y como hace cuatro en Londres, Juan Martín Del Potro llevó la bandera celeste y blanca al podio olímpico.
En esta semana que marcó su regreso a los planos más altos del tenis mundial, el tandilense perdió tan solo dos partidos, el primero por la segunda ronda del cuadro de dobles junto a Máximo González y nada menos que ante la pareja que terminó siendo campeona; y el último, en la finalísima del cuadro de singles frente al último campeón olímpico.
Juan Martín Del Potro logró a base de garra, entrega y muy buen tenis, que el país que alguna vez le dio la espalda, vuelva a seguirlo y lo aliente incondicionalmente.
Bajó al número 1 del mundo en primera rueda, y a un ex número 1 y campeón olímpico en semis y, si bien no pudo con Andy Murray en la final, Delpo se colgó la de plata, que vale casi como un oro.
En la final «La Torre de Tandil» batalló frente a Murray como si la diferencia entre ambos fuesen solamente un par de puestos y no los 139 que acusa el ranking.
El primer set fue largo y muy disputado, el británico se lo adjudicó 7-5 tras 74 minutos de juego. En el segundo apareció la potencia del argentino: también con una diferencia mínima pero a la vez contundente, 6-4 en una hora exacta.
En el tercero, el más corto de todos (36 minutos), volvió el escocés con una variedad de golpes y movilidad tremenda. En el cuarto empezaron quebrándose mutuamente los servicios (dos veces por lado).
La adrenalina subió al pico cuando Delpo sacó 5-4 y estuvo a dos puntos de ir al quinto, pero se le escapó y después Murray ganó los tres games siguientes para decretar el pleito a su favor.
“Quiero seguir mejorando, para vivir estas emociones únicas más seguido. Por algo no dejé el tenis. Cada día se puso mejor y más difícil de superar.
Sin embargo, el siguiente siempre fue más emocionante. Cuando le gané a Djokovic empecé a soñar con una medalla, pero tenía a Rafa (Nadal) en el medio. Me llevo algo cuyo color no importa. Soñé con esto y ahora que lo conseguí no puedo creerlo.
No se cómo aguanté cuatro horas, después de jugar tres contra Nadal. No me da más el cuerpo. Pero luchaba por esto. No había dolor que me frenara. Esto es más que un sueño.
Es una felicidad enorme, por todo lo que pasé y lo que me hicieron sentir, acá y desde mi país. Es de las mejores cosas que me pasaron en la vida. La sensación que tuve cuando entré a la cancha fue algo maravilloso, que no sentía hace muchos años.
Cuando vuelva al país y realmente me dé cuenta de todo lo que pasó, seguramente pueda decir que esto fue más grande que el US Open. No me queda más que agradecerle a todos los que me apoyaron y emocionaron durante estos días. De corazón, muchas gracias. Nunca disfruté tanto como esta semana”, comentó Del Potro.
Este logro representa la quinta medalla en la historia del tenis argentino: Gabriela Sabatini, plata en Seúl 1988; Javier Frana y Christian Miniussi, bronce en Barcelona 1992; Paola Suárez y Patricia Tarabini, bronce en Atenas 2004, y Del Potro, bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016.
El podio este año lo completó Kei Nishikori al derrotar en el partido por el tercer puesto a Rafa Nadal por 2-6, 7-6 (7-1) y 3-6. De esta manera, el oro quedó para Gran Bretaña, la plata para Argentina y el bronce para Japón.
