Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
Nole venció a Andy Murray en la final del Abierto Francés y cerró el círculo del Grand Slam obteniendo el único torneo grande que le faltaba a su vitrina. Fue 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 en poco más de tres horas para el número 1 del mundo, logrando así su 12º título de esta categoría. Es el octavo que gana los cuatro «majors», junto a Perry, Budge, Laver, Emerson, Agassi, Federer y Nadal.
Finalmente Djokovic se sumó al club de grandes entre los grandes, el Olimpo del tenis, aquel que a partir del domingo tiene tan solo ocho miembros.
Le costó, pero ya lo puede decir: Novak Djokovic, a los 29 años, se convirtió en el octavo tenista de la historia en ganar los cuatro torneos de Grand Slam.
El número uno del circuito sigue pulverizando todos los récords, después del mazazo que le propinó el año pasado Stan Wawrinka, contra todo pronóstico en la Philippe Chatrier, el serbio enterró todos los fantasmas que lo acompañaban en París y fue por el título con el hambre de un tenista que quiere conquistar el primero torneo de su carrera y la determinación de un veterano que ya tiene en su mochila 65 títulos.
El serbio, ya sabía lo que es levantar los trofeos grandes en Melbourne, Nueva York y hasta en Wimbledon, pero este domingo levantó el más pesado de todos en París, aquel que más le costó y el que más tardó en llegar.
Ganar la Copa de los Mosqueteros le permitió el ingreso al legendario grupo de jugadores que han sido campeones en los cuatro grandes escenarios del circuito: Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal.
El domingo volvió a demostrar su amplio repertorio mental y tenístico, pese a que Murray comenzó la tarde robándole el primer set, en un nivel que definitivamente saca al escocés del encasillamiento de ser un jugador de canchas rápidas y dejando claras muestras que tendrá revancha en este torneo.
El segundo (36′) y tercer parcial (46′) fueron prácticamente monólogos del serbio, el británico pudo oponer poca resistencia a los embates y a la perfecta adaptación a la superficie de Djokovic.
Todo parecía fluir hacía el tan ansiado título de Nole en Roland Garros, hasta que se encontró con un Murray que, perdido por perdido, se jugó todo en los últimos games.
Recuperó un par de quiebres en contra y luchó hasta el último game, pero finalmente se marchó con las manos vacías de su primera gran final en París.
Atrás quedaron las amarguras en el Parque de los Príncipes, marco de dolorosas derrotas para Nole. En tres finales tuvo que sufrir ser el vencido antes de poder festejar desplomado en el polvo de ladrillo del estadio Philippe Chatrier.
En 2012 y 2014 su verdugo fue el mejor jugador de la historia en esta superficie, Rafa Nadal; en tanto que el año pasado parecía que se habían alineado los planetas para él cuando por primera vez logró tumbar al español en la arena parisina y, con el camino aparentemente despejado, fue fulminado por un extraordinario Wawrinka en la final.
Con este triunfo, Djokovic iguala en Grand Slams a Emerson (12), queda a dos de Nadal y Pete Sampras (14), y a cinco de Roger Federer, máximo ganador en este ranking.
Ahora con los Juegos Olímpicos en el horizonte cercano, los cañones del 1 apuntan al Golden Grand Slam (sumar la medalla dorada en Río), y al Grand Slam anual (ganar los cuatro en un mismo año).
