Por Martín Bonvehi (Futsal Federado para LBD)
Comenzaron las finales en el futsal de Ushuaia este domingo 7 en el gimnasio de CAMPOLTER ubicado en el barrio 640 Viviendas.
En primera «B» el candidato al ascenso es Argentinos del Sur, que superó claramente a la reserva de Asociación de Taxis-Óptica Social por un contundente 9-1.
En el plato fuerte de primera «A» Comercio derrotó a Magallanes Blanco por 4 a 2 en un intenso partido, cuyo jugador destacado fue el ala comercial “Luchi” Nicoliello quien brindó excelentes pases y manejó los ritmos de su equipo.
Asociación de Taxis-Óptica Social hizo de verdugo de HAF «B» por 3 a 2 a falta de 50 segundos para el final del partido que duró 120 minutos, el pivot de Óptica Leonel Romero hizo un triple de goles memorable para darle el triunfo a su equipo.
El show debe continuar en el gimnasio de la mutual de la policía debido a la clausura del “Cochocho” Vargas, que será remodelado y denominado nuevamente «Pioneros Fueguinos».
Y el que deba continuar no es excusa para algunas cuestiones que exceden lo deportivo, como últimamente venimos advirtiendo.
El gimnasio ha quedado bastante coqueto luego de estar abandonado por casi tres años. Era de los pocos con piso de madera en otras épocas, pero al parecer las administraciones anteriores de la mutual hicieron que las instalaciones se vinieran abajo.
Con mucho esfuerzo un nuevo grupo de personas está reflotando el lugar, intentando ponerlo donde corresponde. Ese esfuerzo se nota y es muy valorable para el deporte de la ciudad.
La FEUFUTSAL «firmó» un acuerdo con CAMPOLTER para utilizar el espacio de pista durante el tiempo que el municipio demore en refaccionar su gimnasio. El costo de las horas de pista lo asumirán la Municipalidad de Ushuaia y los clubes del futsal.
Sin embargo vemos varias situaciones coyunturales a tener en cuenta, partiendo de la base de las medidas de pista (aproximadamente 33 x 17), que son reducidas para el ritmo intenso que evidencian los partidos, fundamentalmente en la divisional «A».
Esto influye mucho en la fricción que se evidencia en los partidos, sobre todo teniendo en cuenta que los equipos de la ciudad apuestan a jugar muchas transiciones y no elaboran demasiado a la hora de atacar.
Agregando algunas defensas altas del tipo individual que molestan las salidas prolijas, vemos partidos con poca calidad de pase y enredos en el constante 1 x 1 y en los ataques de cinco.
Además los vestuarios no corresponden a una competencia federada seria, carecen de espacio para que los deportistas se cambien cómodos y les falta más limpieza.
Finalmente el perímetro de la pista solo tiene un metro de distancia desde las líneas de contorno al alambrado que separa al público de las gradas, lo cual es muy peligroso para los deportistas que protagonizan nuestro querido futsal.
Las carencias edilicias van, lo que no sorprende a nadie, de la mano de carencias de otra índole.
La gente sigue echando culpas a las duplas de árbitros por hacerlo de mala manera, sin tener en cuenta que es imposible arbitrar en continuado dos partidos de alto nivel sin agotarse (física y mentalmente) y equivocarse en exceso.
Los jugadores se quejan de los árbitros cuando pierden, sin pensar cuantas veces entrenaron en la semana, buscando soluciones a situaciones poco previsibles.
Los entrenadores gritan demasiado y no indican nada productivo, excepto en contadísimos casos.
El fixture nunca está claro, el sistema de desempate apesta de tan obsoleto…
No se nos cae una idea que sea propia y productiva. Mezquindades. Es lo que hay.
Así el futsal en Ushuaia pasa por el ímpetu desmedido, el desagravio, la anarquía táctica, la insolencia hacia las autoridades federativas, el abandono de las ideas de juego, la falta de proyectos perdurables y el poco entrenamiento de algunos equipos.
Dejamos a nuestros jugadores sin protección ni fundamentos.
Hacer por hacer, jugar por jugar, sin ideas, ni valores, solo impulsos de rebeldía sin rebelarse contra las carencias propias y ajenas.
Y eso que estamos, sin lugar a dudas, en la flor de nuestra existencia, en la época de las oportunidades.
Por la calidad técnica de nuestros jugadores, la pasión de los locos soñadores, por la historia, porque es un hermoso deporte y merece lo mejor de cada uno de los salonistas.
Mi equipo ganó, pero no me dejo engañar por los resultados, porque creo mucho más en las oportunidades de cambio, en los logros colectivos, en mejorar nuestras posibilidades. En jugar mejor cada semana.
En el trabajo cooperativo de las personas desde el lugar de los sueños, trabajando para alcanzarlos mejorando las condiciones de nuestro deporte. En el crecimiento colectivo. En jugar mejor como federación.
Sé que mis palabras generan enfado en otros que están cómodos en su podio, que son también responsables, como cada uno de nosotros, de mejorar las condiciones del futsal de Ushuaia. Pero esto es así, no la disfracemos más.
Repito: la federación somos todos, no solamente quienes encabezan la comisión directiva. Esto lo armamos entre todos.
Está bueno el campeonato, es lindo competir e intentar superarnos, ayudando a otros pares a seguir sus sueños.
Quedan cuatro fines de semana intensos del deporte más popular de los ushuaienses. Los partidos son batallas salonísticas que se juegan al límite y merecen el respeto del público asistente y de todos los salonistas involucrados.
Así que a portarse bien y dar lo mejor de cada uno de nosotros. Con disfrute y alegría, sin violencia, con paciencia y tolerancia.