Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
Diego Schwartzman le dio batalla a Nadal, pero finalmente el español lo eliminó y dejó al último Grand Slam de la temporada sin representantes argentinos. El peque había sido el único compatriota en superar la primera rueda al vencer al sueco Elias Ymer en tres sets; Delbonis, Mayer y Pella se fueron sin ganar ningún partido.
Siguen pasando los torneos grandes y la ausencia de tenistas argentinos en las ruedas finales es una constante. Uno de los eliminados esta semana expresó una gran verdad en cuanto a la diferencia entre los tenistas argentinos y los europeos y norteamericanos que dominan el circuito: “Entrenarse en Buenos Aires es dar ventajas, las canchas y las pelotas son demasiado lentas y al tenis se juega cada vez más rápido”, palabras de Guido Pella.
Justamente el primero en decir adiós fue el nacido en Bahía Blanca, jugó un muy buen partido pero no le alcanzó para vencer al último campeón de este torneo, así fue que Marin Cilic se impuso por 6-3, 7-6(3) y 7-6(3) en una hora y 58 minutos de juego.
La velocidad y la potencia del croata aparecieron en los momentos decisivos de cada set, apoyado fuertemente en su servicio (13 aces y 85% de puntos ganados con su primer saque) y contando con 44 tiros ganadores (el doble que el bahiense).
En la jornada del martes, Federico Delbonis fue eliminado a manos del croata Ivo Karlovic quien se impuso por 6-3, 7-5 y 7-5 en un partido donde el servicio fue fundamental para la victoria del europeo.
De esta manera, el nacido en Azul no pudo superar la primera rueda de ninguno de los Grand Slams de la temporada, y ahora ya piensa únicamente en la segura convocatoria para la Copa Davis, donde Argentina visitará a Bélgica buscando el pasaje a la final.
El partido que más esperaban los seguidores del tenis argentino fue el que disputaron Leo Mayer y Roger Federer. Las esperanzas de batacazo por parte del correntino se esfumaron rápidamente, ya que el suizo sigue demostrando estar en un gran momento profesional.
En apenas una hora y 17 minutos despachó al Yacaré por 6-1, 6-2 y 6-2. «No pude aguantar el partido. En un momento parecía que estaba muerto y no pude hacer nada porque jugando así, si vos le das mucha ventaja estos jugadores la agarran y se escapa muy rápido el partido. Creo que si jugaba más relajado por ahí era otro partido» dijo Mayer al finalizar el encuentro.
Finalmente, Diego Schwartzman fue quien pudo dar apenas un paso más que sus coterráneos. En el debut venció sin atenuantes al sueco Elias Ymer proveniente de la qualy, esa victoria lo depositó en el arduo duelo de segunda ronda que seguramente él ya preveía.
Allí se encontró con Rafael Nadal, quien a pesar de no estar teniendo su mejor temporada, sigue siendo uno de los mejores tenistas de los últimos tiempos. Fue 7-6, 6-3 y 7-5 para el español en el segundo enfrentamiento entre ellos (el primero fue en Acapulco 2013, con doble 6-2 para Rafa).
En el set inicial, Nadal se había adelantado 3-0 y luego 5-2, el Peque pudo emparejarlo y llevarlo a tie break, y hasta llegó a estar 5-3 arriba en ese desempate, pero no pudo mantener la diferencia y el español se lo llevó por 7-5.
En el set siguiente, Schwartzman no se desanimó y quebró rápidamente para ponerse 2-0. Sin embargo, nuevamente no pudo sostener su juego y lo perdió por 6-3. En la última manga volvió a pasar algo similar, el argentino tomó rápida ventaja pero el que terminó triunfando fue Rafa.
Volviendo a las declaraciones de Guido Pella, su análisis no puede ser más acertado. El tenis nacional debería adaptarse al contexto mundial; en el país abundan las canchas de polvo de ladrillo, y tanto el jugador amateur como el profesional argentino crecieron manchándose las medias de naranja.
No vendría mal intentar que las canchas rápidas ganen un poco de terreno, los resultados a largo plazo justificarían dicha inversión.
