Por Mauricio Zentner Lavori (Corresponsal LBD en Buenos Aires)

El futsal ha sido una disciplina que vivió dos hechos históricos que no se borrarán jamás de nuestra memoria: el debut de un fueguino en una cita mundialista y el primer título argentino “B” para la ciudad. El balance del fútbol reducido en el ámbito nacional bajo un apellido que ha sentado precedente en el Futsal AFA y el título de Ushuaia en el Campeonato de Selecciones obteniendo el ascenso a la máxima.

Cuando uno quiere empezar a analizar lo que dejó el año en materia de fútbol de salón no puede impedir recordar el nombre de Alamiro Vaporaki. Este joven alcanzó lo que nunca antes algún fueguino había podido conseguir: jugar un mundial. Por eso no debemos dejarlo pasar. Es un hecho que marcará la historia del deporte de la provincia e inspira a todos los jóvenes a intentar emular una hazaña similar.

En tanto, lo conseguido por los dirigidos de Martín Bonvehí en Mendoza fue otro éxito más que relevante. Se impusieron al local en la definición, dejaron a Ushuaia en lo más alto, le devolvieron el protagonismo del ambiente y buscarán durante la temporada venidera disputar palmo a palmo por el cetro nacional en la máxima de selecciones donde Comodoro Rivadavia se asienta cada vez más.

Si bien hoy en día las diferencias entre la Confederación de Fútbol de Salón y el Futsal AFA siguen siendo el principal impedimento para la fusión de los deportistas bajo un mismo lema, son varios los puntos para remarcar a nivel nacional.

Por un lado reforzar la idea de que soñar no es imposible haciendo hincapié en lo obtenido por Alamiro, quien viajó a Tailandia cumpliendo una meta que parecía inalcanzable con la albiceleste además de imponerse en el Campeonato Argentino y el Torneo Apertura con Boca en un primer semestre perfecto.

Tampoco olvidarse de “Quiqui” Vaporaki, hermano menor del convocado mundialista, quién ya fue citado por Fernando Larrañaga para la última lista en Brasilia y avizora futuro de selección mientras demuestra su talento cada vez que salta a la cancha con su club en la primera.

Y por último no debemos dejar afuera al “Lagarto” Matías Avendaño, otro representante fueguino de la disciplina, quién había obtenido el ascenso con All Boys durante el año pasado, pero no pudo mantenerse durante esta temporada en la División de Honor y se ve obligado a descender a la segunda categoría del Futsal AFA.

Logros importantes deja este 2012 que se va pero con otros objetivos por delante. Nuevos desafíos con metas más ambiciosas.

Soñar no cuesta nada…