Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
El suizo venció a Novak Djokovic en la final del Masters 1000 de Cincinnati por 7-6 (1) y 6-3 en una hora y media de juego. De esta manera, Federer recupera el segundo puesto del ranking, que había perdido a manos de Andy Murray una semana atrás.
Una y otra vez Roger Federer se les ríe en la cara a aquellos que hace ya varias temporadas lo tildan como un jugador próximo al retiro. Tal vez ya no sea imbatible como en sus años dorados de reinado indiscutido, tampoco es el máximo candidato a ganar todos los torneos grandes como cuando el único que no le tenía miedo era Rafael Nadal.
El paso del tiempo afecta incondicionalmente a todos los deportistas, el cuerpo en algún momento se cobra haber realizado esfuerzos más allá de los normales para cualquier ser humano; pero hay un tenista que después de 17 años de carrera sigue venciendo al paso del tiempo, por algo él es único, el mejor de la historia.
Este domingo su víctima fue nada menos que el número 1 del mundo, Novak Djokovic, para lograr su séptimo título en Cincinnati, y de paso privarle al serbio la posibilidad de conquistar el único Masters 1000 que le falta ganar.
Así coronó una semana perfecta en la que, además de no perder ni un set, derrotó al 2 del mundo, Andy Murray en las semifinales, siendo la primera vez que dejó en el camino a los dos primeros del ranking en partidos consecutivos en el camino a un título.
Federer ganó el choque número 41 en el duelo de titanes contra Djokovic, y el historial se inclina ahora en su favor con 21 triunfos contra 20 derrotas. Este fue el título número 87 para el suizo y 24 a nivel Masters 1000, igualando justamente a Nole y quedando a tan solo tres de Nadal, máximo ganador.
Apenas comenzada la final, se percibía como Federer continuaba con la mentalidad ultra agresiva con la que superó a todos sus rivales esta semana.
Ganó el 40 por ciento de los puntos de devolución y presionó desde el inicio para intentar quedarse con el saque rival. Djokovic salvó tres puntos de quiebre en el tercer juego y otro después de un quinto game que duró seis minutos.
La paridad llevó el set a un tie-break, donde Federer lograría un mini-quiebre temprano. Un majestuoso revés sobre la línea de base le dio al nacido en Basilea una ventaja de 3-1.
No quiso dejar pasar ninguna oportunidad, y ganando 10 de los últimos 11 puntos jugados se quedó con el primer parcial. Conectó 20 tiros ganadores en los 52 minutos que duró el set.
Federer continuaría aplicando presión sobre el servicio de Djokovic a medida que el partido avanzaba, consiguiendo una ventaja de 3-0 en el segundo set después de que el número 1 del mundo cometiera una doble falta para ceder su saque. Roger mantendría su servicio y con él se consagró campeón por segundo año consecutivo del Masters 1000 de Cincinnati.
Federer se lleva a casa un cheque por U$S 731.000 y 1000 puntos para el Ranking, este fue el séptimo título en la ciudad estadounidense y se suma a los ganados en 2005, 2007, 2009, 2010, 2012 y 2014. Además, este año ya contabiliza cinco campeonatos tras consagrarse en Brisbane, Dubai, Estambul y Halle.