Por Martina Burgio (Colaboración Especial para LBD)

Los planteles femeninos del club Universitario desplegaron su gran presente en tierra chubutense en el marco del Regional Patagónico. Título para las mayores y subcampeonato entre las juveniles. La capitana juvenil accedió a nuestro pedido, contar la experiencia vivida, compartimos su relato.

«Hola, soy Martina Burgio Capitana de la categoría juveniles del club universitario de rugby. En esta oportunidad voy a hablar sobre la experiencia en el Regional Patagónico de clubes.

Empezando por la previa al torneo, tuvimos una preparación bastante exigente en el lado físico. Recibimos la ayuda del municipio de Río Grande al darnos lugar en el CRD (Centro de Rendimiento Deportivo), sumándole gimnasio y los días de entrenamiento en cancha.

Trabajamos mucho la cabeza, lo que se le llama “entrenamiento invisible”. Donde cada una mejoró su alimentación, sumo horas de entrenamiento, y sobre todo se cuidó con los contagios del COVID.

Antes del viaje tuvimos que tener una máxima organización de papeles, permisos y los hisopados, que fue la parte que menos nos gustó. Ya con los papeles en mano partimos hacia Comodoro, rumbo al mejor viaje.

«La provincia de Chubut nos recibió con un clima caluroso y de mucho sol, todas estábamos felices y entusiasmadas por los torneos que se venían los días siguientes. El sábado tuvimos la primera fecha en la cancha de Calafate Rugby Club; jugamos contra Kosten Aike donde nos venció 21-5 y luego contra Ushuaia, donde el resultado fue 15-12 a favor del Rojo.

Al día siguiente, el domingo 26, se disputó el torneo en la cancha de Deportivo Portugués, donde jugamos contra Calafate Rugby Club, con un resultado de 28-0 a favor de Universitario y también contra Coseba Rugby Club 21-15 a favor del equipo recién mencionado.

Ese día tuvimos también la entrega de premios, fue la parte más emocionante e inesperada del viaje. Ya que al decir las posiciones ninguna de las juveniles esperaba quedar en segundo puesto.

En ese momento nuestra reacción fue abrazar a nuestra compañera, festejar y recibir la Copa que tanto esperábamos. Fueron días y meses de esfuerzo, de dejar cosas de lado para aportarle al equipo.

Finalmente rindió sus frutos, la victoria se debe a cada una de nosotras y a nuestro entrenador Martin Burgio, que también dejó y deja todo por nosotras.

El día 27 ya estábamos llegando de vuelta a Río Grande, donde nuestras familias y club nos recibieron con carteles, globos, canciones y abrazos para festejar.

Sin más que agregar agradezco a cada uno de los clubes por recibirnos con los brazos abiertos y con la mejor onda posible, hicieron mejor nuestra estadía.

Gracias a nuestras familias por aportar y ayudar en lo necesario para que nosotras seamos partes de esta linda experiencia».