Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
Rafa conquistó por quinta vez el Masters 1000 de Madrid tras derrotar en la final al austríaco Dominic Thiem, número 10 del ranking, por 7-6(8) y 6-4 en dos horas y 17 minutos. El de Manacor es el tenista que más trofeos levantó en la Pista Manolo Santana (2005, 2010, 2013 y 2014 y 2017).
Esta temporada le devolvió al Matador Rafa Nadal su voracidad y el hambre de gloria que parecía haber perdido hacía un tiempo. Desde que comenzó la gira europea sobre polvo de ladrillo, el ex número 1 del mundo se impuso en los torneos más importantes, engordando sus propios récords semana tras semana.
El escenario de la última gran victoria fue su España natal, más precisamente la capital de su nación. El título en el Mutua Madrid Open es el tercero de la temporada para el zurdo de 30 años, que viene de ganar en Montecarlo y Barcelona, el número 72 de su carrera, y el 52 en arcilla.
La final en Madrid se convirtió en un espectáculo para disfrutar tanto dentro como fuera de la cancha. Los culpables, dos gladiadores de la raqueta como Nadal y Thiem que ofrecieron su mejor versión en la contienda por el cetro madrileño.
El austríaco se negaba a ser un actor secundario de este partido, mostrándose al gran público como el gran tenista que es: saque plano y potente, muchas veces superando los 200 km/h, una derecha endiablada capaz de mover a su rival de lado a lado y un revés muy limpio y eficaz.
Este duelo ya se había dado en la final de Barcelona hace un par de semanas, y claramente el séptimo tenista en el ranking quería revancha. Pero del otro lado estaba el mejor de todos los tiempos en la superficie naranja.
El choque se convirtió en una partida de ajedrez y hasta en ese escenario Thiem se mostró asombrosamente maduro. Levantó un 0-40 en el décimo juego con dos saques ganadores y una derecha a la línea que Rafa solo pudo hacerle vista. En el tie-break, Thiem tuvo dos set points pero se quedó sin nada tras una derecha que se le fue larga (8-10).
En el segundo set, Rafa entró envalentonado y quebró el saque de su rival en el primer game, pero lejos de darse por vencido tan fácilmente, Thiem reaccionó de inmediato intentando recuperar el quiebre, pero la garra de Nadal pudo mantenerlo en pie y al frente en el marcador.
Golpe a golpe, la constancia de Rafa fue la clave de su éxito. Así fue forjando la victoria, aguantando el peloteo desde el fondo de la cancha, y haciendo delirar al público cada vez que subía a la red y cerraba el punto con una muñeca exquisita. Recién pasadas las dos horas de partido, el máximo ganador sobre tierra batida logró cerrar el encuentro.
Nadal acumula cinco trofeos en Madrid (2005, 2010, 2013, 2014, 2017), más que ninguno de los tenistas que haya pasado por la Caja Mágica. Es además el título número 30 de Masters 1000 igualando el récord de Novak Djokovic y el título 72 de su carrera.
¿Se viene un descanso para el Matador? Difícilmente, porque en unas horas volverá a la acción en Roma, siempre con la mente puesta en su tan querido Roland Garros…