Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
Leo Mayer no pudo superar la primera semana de competencia en el Abierto de Francia y de esta manera ya no quedan argentinos en el cuadro de singles, el correntino fue eliminado por el croata Marin Cilic con un contundente 6-3, 6-2 y 6-4.
El tenis argentino vive un profundo momento de recambio que deja baches notorios en cuanto a presencias y resultados en torneos grandes. A la prolongada ausencia de Juan Martín Del Potro se le suma la difícil inserción de los más jóvenes en la competencia con los tenistas ya consagrados.
Los proyectos más afianzados de esta nueva generación son los de Federico Delbonis, Diego Schwartzman y Facundo Argüello; con grandes resultados a nivel Challenger y buenos destellos a nivel ATP pero sin consolidarse en los torneos de mayor envergadura.
A ellos se les suman los nombres de Agustín Velotti (campeón de Roland Garros junior en 2010), Andrea Collarini (finalista del Abierto Francés ese mismo año) y Renzo Olivo (ganador de dos torneos Challengers), todos de la camada 1992 y que aún no logran adaptarse a la competencia con los más grandes.
Volviendo a Paris, Mayer había logrado triunfos muy trabajados en las primeras dos rondas, pero finalmente sucumbió en la tercera ante un Cilic que dominó el encuentro casi en su totalidad.
El partido disputado en la cancha número 7 duró apenas dos horas y cinco minutos, en ese tiempo el campeón del último US Open cedió tan solo una vez su servicio y ganó el 76% de los puntos jugados con el primer saque.
Un pequeño premio consuelo llegó horas más tarde para el Yacaré, cuando también en la cancha 7 ganó junto a Carlos Berlocq un durísimo duelo frente a la dupla que figuraba como 12ª preclasificada: el uruguayo Pablo Cuevas y el español David Marrero. La victoria por 6-1, 6-7 (5) y 7-6 (3) tras dos horas de juego en el polvo de ladrillo parisino los puso en la tercera ronda del Grand Slam.
Mayer sigue siendo la carta fuerte de cara a la próxima serie de Copa Davis en la que Argentina enfrentará a Serbia, durante toda su estadía en Roland Garros fue supervisado por Daniel Orsanic, y seguramente lo seguirá de cerca en los próximos torneos, en especial durante Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada que se disputará en las dos semanas previas al duelo copero.
Vale recordar que el año pasado logró su mejor actuación en Grand Slams alcanzando los octavos de final en el césped más tradicional del mundo del tenis.
