Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

Stanislas Wawrinka sorprendió al mundo del tenis venciendo por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 a Rafael Nadal en la final del Australian Open y es el nuevo campeón del primer Grand Slam de la temporada. Con esta victoria accedió al tercer puesto del ranking ATP.

Cada tanto en el universo tenístico ocurren situaciones que rompen la monotonía de los resultados cotidianos.

Son contadas con los dedos de una mano las veces que un jugador fuera de los denominados “4 fantásticos” se alza con un torneo grande, hasta este fin de semana, el último había sido Juan Martín Del Potro en el US Open 2009.

La nueva sorpresa la dio el suizo Stanislas Wawrinka, octavo jugador del ranking mundial, quien venció en la final del Abierto de Australia al español Rafael Nadal, número 1, y se alzó con el primer Grand Slam de su carrera.
A pesar de no ser una final tan emotiva en cuanto a la duración como años anteriores, esta definición de dos horas y 21 minutos no careció de emociones.

Nadal padeció dolores durante todo el partido, a la ampolla que lo tuvo a maltraer toda la quincena, se le sumó un dolor agudo en su columna. Él mismo confesó a la postre, que durante el calentamiento previo sintió que la espalda se le trababa; sin embargo, en ningún momento del partido atinó a tirar la toalla.

Por el otro lado, Wawrinka prácticamente no falló y llenó su planilla de tiros ganadores; y lo más importante, no tenía otra idea en la cabeza que no fuera levantar el trofeo.

En su camino al campeonato venció a los dos mejores jugadores del momento y quienes lideran el ranking mundial. Dejó afuera a Novak Djokovic (2) en los cuartos de final, y al ya mencionado Nadal (1) en el partido decisivo. Esto no sucedía desde Roland Garros 1993, cuando Sergi Bruguera fue campeón luego de imponerse ante Pete Sampras y Jim Courier.

El suizo es el segundo tenista de su país en conquistar un Grand Slam, junto a Federer que posee 17. Además pasó al tercer puesto del ranking ATP y al número 1 de Suiza desplazando a Federer que ha sido el número 1 de su nación desde 2001.

«Rafa, siento mucho lo de tu espalda, sé que va a mejorar», fueron las primeras palabras de Wawrinka luego de coronarse campeón. Su emoción contenida y con su sobria impronta suiza, se sensibilizó en sus palabras. Le agradeció a su equipo y a sus padres y le envió una emocionante dedicatoria a su mujer y su hija: «Ya falta poco para vernos». Por último, reconoció: «Disfruto mucho jugar acá. El año pasado sufrí mucho. No sé si lo estoy soñando o no. Quizá mañana a la mañana lo sepa».

No se desahogó en un gritó ni se desplomó en el piso y mucho menos se rompió la remera. Wawrinka celebró con templanza, con la mirada de un tenista que está acostumbrado a ganar esta clase de torneos aunque haya sido el primero de su carrera. Suiza está de festejo: 18 títulos de Grand Slam, de los cuales Roger Federer ganó 17.

El que también festejó fue el encargado de entregar el trofeo, con la derrota, Nadal no pudo alcanzar a Pete Sampras en el segundo lugar del podio de ganadores de Grand Slams con 14 títulos; Rafa deberá esperar hasta Roland Garros para intentar lograrlo.