Los dirigidos por Diego Placente cayeron en la final del Mundial Sub 20 ante Marruecos por 2 a 0, quedándose con la medalla de plata. Los africanos lograron su primer título mundial de la categoría.

Argentina no pudo coronar su sueño y cayó 2 a 0 ante Marruecos en la final disputada en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago de Chile.

En una noche cargada de expectativas, el equipo dirigido por Diego Placente salió decidido a imponer su juego, pero se encontró con un rival ordenado, efectivo y con una actuación individual brillante que terminó marcando la diferencia.

El conjunto marroquí golpeó temprano y cambió el rumbo del partido. A los 12 minutos, Yassir Zabiri abrió el marcador con un tiro libre impecable que dejó sin chances al arquero argentino.

Apenas unos minutos después, a los 28, el mismo Zabiri amplió la ventaja tras una rápida combinación ofensiva que tomó mal parada a la defensa albiceleste.

Desde ese momento, Marruecos se replegó con inteligencia, cerró espacios y apostó a los contraataques, mientras Argentina intentaba reaccionar desde la posesión y la paciencia.

La «Albiceleste» dominó la pelota durante casi todo el encuentro, con un 70% de posesión aproximada, pero le faltó claridad en los últimos metros.

Las llegadas fueron escasas y los intentos de media distancia no alcanzaron para quebrar la solidez defensiva del conjunto africano, que mostró una disciplina táctica admirable.

A pesar de los ingresos ofensivos en la segunda parte, la reacción nunca llegó y el tiempo terminó por ahogar la ilusión.

Más allá del resultado, el torneo fue muy positivo. El equipo mostró carácter, buen fútbol y un sentido de pertenencia que emocionó a los hinchas.

Los dirigidos por Placente superaron instancias difíciles y volvieron a ubicar al país en una final mundial juvenil después de varios años.

Sin embargo, la definición volvió a recordar una máxima del fútbol: los títulos se ganan en las áreas, y Marruecos fue más eficaz en ambas.

Para los africanos, la consagración representa un hecho histórico: su primer título mundial en la categoría Sub 20.

Con un equipo compacto, físico y con gran velocidad en ataque, Marruecos logró lo que parecía imposible y se convirtió en la revelación del torneo.

Zabiri, autor de los dos goles, fue elegido como la figura de la final y símbolo de una generación que promete seguir creciendo; por su parte, el hombre de Boca, Milton Delgado, se quedo con el balon de bronce y Santino Barbi como el premio al arquero mas destacado de la competencia.

En el lado argentino, la derrota duele, pero también enseña. Este grupo juvenil ha dejado una base sólida y una muestra de que el futuro del fútbol nacional sigue siendo prometedor.

“Este grupo da todo por la camiseta, es puro corazón”, expresó uno de los jugadores al final del partido, reflejando el sentimiento general del plantel.

Placente y su Cuerpo Técnico ya piensan en lo que viene, sabiendo que el aprendizaje en estas instancias es invaluable.

El 2 a 0 final dejó a la Selección sin el título, pero no sin orgullo. Argentina volvió a ser protagonista, volvió a emocionar y volvió a demostrar que su cantera sigue siendo una de las más ricas del mundo.

Esta vez el festejo fue ajeno, pero el camino recorrido deja una certeza: el futuro sigue pintado de «Celeste y Blanco», y cada tropiezo, como este, solo fortalece a los que aún tienen todo por delante.