Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
En la madrugada del domingo el número 1 del mundo venció a su inmediato seguidor, Andy Murray, por un categórico 6-1, 7-5, y 7-6 (7-3) para levantar su sexta corona grande en Melbourne. Este fue su título número 11 de Grand Slam, y ya acecha el record absoluto de Federer de 17.
Cuando Roger Federer dominó el tenis masculino hace una década, pocos habrían predicho que otro jugador llegaría en la misma época y podría replicar los logros del suizo.
Pero Novak Djokovic hace años consiguió no solamente afirmarse lo más alto del ranking, sino también imponerse en los torneos más importantes del circuito y ostentar un dominio absoluto del mismo.
La final del domingo parecía comenzar cuesta arriba para Djokovic, en el primer game con su servicio le otorgó una chance de quiebre a Murray, sin embargo, a partir de ese pequeño desliz con una ráfaga de tenis impoluto, tomó una rápida ventaja de 5-0 en el set. El escocés apenas pudo robarle un juego en este parcial que duró 30 minutos.
La estadística arrojaba el dato que los dos últimos jugadores que perdieron un primer set 6-1 en la final, pudieron remontar el encuentro (Boris Becker en 1991 y Marat Safin en 2005).
Murray comenzó el segundo set con la mente puesta en ser el tercero en lograr esa hazaña, por lo que el nivel del encuentro subió notoriamente.
El número 2 del mundo comenzó a practicar un tenis de alto riesgo, jugando muy al límite sobre las líneas de fondo; sin embargo eso tampoco fue suficiente ante un Djokovic que devolvía todo lo que caía en su campo. Repartiendo quiebres de ambos lados, llegaron muy parejos hasta el 4-4.
Luego Djokovic le dio a Murray una luz de esperanza en el 6-5 y 30/15, cuando cometió dos dobles faltas consecutivas. Pero el escocés no pudo aprovechar ese lapso y finalmente el serbio cerró este nuevo parcial luego de 80 minutos de batalla. La única vez que Djokovic había perdido estando dos sets arriba fue contra Jurgen Melzer en Roland Garros 2010.
Nole parecía tener todo cocinado para quedarse con el encuentro número 31 entre ambos, cuando se adelantó 2-0 y logró apagar una media oportunidad para Murray en el 2-1, 30/40.
Sin embargo, Murray nunca se dio por vencido, mediando el ritmo de sus golpes de fondo para forzar a Djokovic a cometer un error con su revés con el tanteador 30/40 en el 3-2.
Al ganar dos games consecutivos, Murray parecía haber conseguido el impulso que lo podría meter nuevamente en contienda por el título, sobre todo consiguiendo vulnerar las defensas de Djokovic con su potente revés.
Así llegaron al tie-break, pero con una serie de doble faltas, el británico lapidó sus chances. Djokovic conectó su séptimo ace para coronarse nuevamente en Australia luego de dos horas y 52 minutos de duelo.
«No hay duda de que en los últimos 15 meses estoy jugando el mejor tenis de mi vida”, dijo Djokovic.
Con la victoria de este fin de semana, Nole se convirtió en el primer tenista masculino en la Era Abierta en conseguir seis títulos del Abierto de Australia y quedó en la misma línea de Bjorn Borg y Rod Laver con 11 trofeos de Grand Slam.
La hazaña que lo desvela es el único título grande que le fue esquivo, Roland Garros. En 2011 y 2012, ganó los otros tres torneos de Grand Slam, pero el Abierto Francés fue y sigue siendo el máximo karma de Nole.
