Por Javier Nicolás Baroli (Corresponsal LBD en Río Gallegos)
De la mano de Sebastian Battaglia, el mismo que semanas atrás era cuestionado por la prensa y algunos hinchas, el Xeneize sumó una estrella más a su vitrina, la número 72. El análisis en LBD.
De menor a mayor. Así fue el campeonato de Boca. Para muchos impensado. Con un Battaglia en el banquillo de los acusados durante gran parte del torneo. Así y todo no alcanzó para bajarlo. Y como el fútbol, al igual que la vida dan revancha, Boca gritó Campeón para el delirio de su gente.
La final con Tigre fue el claro ejemplo de la jerarquía de sus jugadores y el temple de su entrenador. Un equipo de Victoria que llegaba a la final visto con buenos ojos, sobre todo luego de superar a River, Argentinos entre otros, mientras que el empate entre semana de Boca por Copa Libertadores, ponía en duda lo que podía rendir en el Kempes. Sin embargo nada de eso ocurrió.
Sin brillar pero con la inteligencia de los que saben, pegó en los momentos que debía hacerlo y sin atenuantes goleó 3 a 0.
En un palco medido en sus festejos Juan Román Riquelme se abrazaba con los integrantes del Consejo del Fútbol. Es que el desahogo fue necesario.
Sortearon varias tormentas para alcanzar el objetivo local. Ahora tendrán uno muy difícil, el jueves frente a Deportivo Cali, pero la atmósfera Boca tiene otro aire y se respira más aliviado.
Román, Battaglia y compañía lo hicieron otra vez. Cuarto campeonato en su Era y ésta historia parece tener guardada muchos capítulos más.
Salud al Campeón de la Copa de la Liga Profesional. La mitad más uno de nuestro país puso el grito en el cielo que se tiñó de azul y amarillo.
