Por Matías Pouso (Corresponsal LBD en CABA)
El ucranianio se adjudicó el Argentina Open luego de vencer en la final a Kei Nishikori por 7-6 (4) y 6-4. El japonés era el máximo candidato al título, por lo que el triunfo de Dolgopolov fue una gran sorpresa en el torneo disputado en el Buenos Aires Lawn Tennis Club de Palermo.
Alexandr Dolgopolov llegó hace casi dos semanas a Buenos Aires con el objetivo de cumplir un buen papel y sumar puntos para el ranking, es poco probable que en su cabeza haya estado la idea de irse de Argentina como campeón del torneo de tenis más importante que se disputa por estas tierras, pero finalmente, y contra todos los pronósticos, el ucraniano dio el batacazo.
Esta fue la cuarta participación en la capital argentina para el tenista de 28 años, y no había podido superar la tercera rueda en sus actuaciones previas. Contra el nipón había perdido los cinco partidos que disputó, y ni siquiera le había podido ganar un set.
Esta semana cortó la mala racha, en la que jugó todos los partidos del torneo en un gran nivel para llegar a la final y se coronó campeón derrotando al número 5 del mundo.
Dolgopolov admitió después de la victoria que fue una «semana perfecta» debido a que además de haberse quedado con el título lo hizo con un nivel tenístico de primer nivel y sin ceder un set durante todo el torneo.
«Fue una semana perfecta. Le gané a un “top ten” al que no había vencido nunca, más no puedo pedir», confesó el nacido en Kiev en la rueda de prensa que ofreció luego de su consagración en el court central llamado «Guillermo Vilas».
«Me sentí muy cómodo y ayudado por el apoyo de la gente, algo que no hubiera sucedido si me tocaba en la final un argentino», destacó el tenista número 50 en el ranking, quien recibió el aliento constante del público.
En su primera final ATP en tres años, Dolgopolov no desaprovechó la oportunidad de hacerse con el título. Lo hizo además derribando muchos muros: llegó sin ser cabeza de serie, y venció al primer clasificado (Nishikori), al segundo (Pablo Cuevas) y al cuarto (Pablo Carreño). Todo ello sin ceder un solo set.
En la final, el campeón fue mucho más agresivo y sobre todo, se llevó los puntos decisivos. Fue un encuentro muy parejo en el que el europeo se quedó con el 84% de los puntos con su primer servicio y el 55% con el segundo, además de conectar cuatro aces.
Se trata del tercer título ATP para Dolgopolov, que también se coronó en Umag 2011 y Washington 2012. Se adueñó del nuevo trofeo del torneo, un original mate de calabaza y plata sobre un pedestal de quebracho, y escuchó la ovación de todo el estadio cuando lo recibió de manos del cordobés Gustavo «Lobito» Fernández, el campeón argentino de tenis adaptado sobre silla de ruedas.
«Me gusta Buenos Aires, aproveché esta gira sudamericana para superarme en polvo de ladrillo y seguramente volveré el año próximo», concluyó el campeón.