Rally Dakar, sinónimo de historia

Por Mauricio Zentner Lavori (Corresponsal LBD en Buenos Aires)

Federico Sciurano, intendente capitalino, recibió a los aventureros fueguinos en el raid más duro del mundo y les hizo entrega de una plaqueta conmemoratoria por todo el esfuerzo realizado en el último Dakar. Tras la ceremonia nos contaron sus historias en una carrera que eleva el esfuerzo al máximo.

Foto: Demetrio Luizón

Una carrera que pone a prueba todas las condiciones de un piloto. Un evento de magnitud incalculable donde los fueguinos siguen haciendo historia, escribiendo capítulos dorados para el libro del deporte motor de la provincia.

Luego de que Lucas Bonetto haya finalizado en la séptima colocación en su primera presentación, el desafío creció para este año y los resultados fueron superlativos. Marcelo Fernández se sumó a la aventura con atributos insoslayables; perseverancia, esfuerzo y paciencia junto a una familia que nunca lo dejó solo mientras que la revelación de 2012 volvió a dejar en claro que su potencial se va dilucidando con el correr de los kilómetros y sigue en franco ascenso. Los resultados quedaron a la vista.

Tras ser reconocidos en la Municipalidad de Ushuaia por el intendente Federico Sciurano, ambos charlaron con LBD para contarnos algunos detalles de una experiencia inaudita para cualquier ser humano.

Bonetto comenzó diciendo: “Siempre apuntamos al día de descanso. Pensamos en salir de Perú como podíamos, con las cubiertas desgastadas, en la posición que sea y replantear de nuevo como seguir a partir de Tucumán. Afortunadamente son carreras largas que se dividen a la mitad y cuando frenas la marcha, si bien el tiempo no alcanza para mucho, sirve para enfriar la cabeza y replantear todo. Hasta ese momento ya estábamos octavos y estaba difícil para pelear la punta que estaba casi definida, pero como no estábamos tan lejos decidimos arriesgar un poco más siempre manteniendo esa relación entre cuidado y acelerador”.

Asimismo, hizo un balance sobre este cuarto puesto: “Esperamos que nos salga todo redondo durante el año para encarar la próxima edición con un objetivo más ambicioso todavía. En esta dijimos que íbamos por el Top 5 y cumplimos, asique el año que viene apuntaremos al podio que sabemos que será mucho más difícil. Esperemos entrar dentro de los parámetros de lo posible para estar bien arriba. De allí a que se cumpla va a depender un poco de la calidad del resto y por otro del trabajo que nosotros realicemos en conjunto con el equipo”.

Para culminar, dejó una reflexión más que interesante: “Creo que siempre estamos en una etapa de aprendizaje. En cada Dakar, en los entrenamientos y en las carreras, ya sea por el desarrollo del quad, técnicas de manejo que surgen a último momento o la preparación misma del piloto o el equipo. Lo que aprendimos fue todo muy valioso y lo que hicimos por la preparación también. Todo suma para cumplir lo que uno se propone”.

Foto: Paco Photo Team

En tanto, Marcelo Fernández tampoco escatimó palabras para describir esta epopeya: “Sos vos y vos y vos, y los pilotos te ayudan, pero a veces, no tanto como dicen. No pensemos que el Dakar es solidario. El grupo SOS que corrió otros años no corrió, los camiones que quise parar, nada. Es más fácil que te ayude alguien del público que los demás corredores. Muchos me ayudaron igual, ojo. Hubo dos o tres que me vinieron a agradecer porque yo era la fuente de inspiración para ellos. Algunas cosas gratificantes durante la carrera hubo”.

Y determinó cuáles fueron los errores como también las virtudes que servirán para lo que se viene: “La familia, el entrenamiento, estar 100% compenetrado, no tener mil ganas sino mil una y no bajar nunca los brazos fueron los aciertos principales. Uno de mis objetivos era acelerar poco. Imaginate que aceleré poco y encima me fue mal; la verdad cuidé mucho. Por ahí desacierto fue haber ido a correr con un 4×4. De haber ido a correr con un 4×2 lo hubiera disfrutado más o sino no tendría que haber ido con un usado que ya tenía siete mil kilómetros. En un proyecto de tanta envergadura me falto aplicar mis conceptos. Es preferible ir con uno nuevo y estándar a uno enfierrado pero con uso. No me dio la posibilidad el Dakar de disfrutar. No hay tiempo ni de comer a veces, me la pasaba comiendo pasta. Llega un momento que te cansa. En Perú nos tuvimos que cuidarnos porque la comida estaba en mal estado”.

Para concluir, analiza el esfuerzo económico que significó terminar la carrera más exigente de todas: Este no es un deporte sustentable sólo por el piloto sino que depende de los sponsors. Yo me endeudé un poco para este Dakar. Nunca me había endeudado en mi vida. La camioneta de mi señora desapareció, la Sprinter la debo completa y yo soy agradecido porque, afortunadamente, me va bien económicamente, pero estos son gastos superlativos. Realmente ayuda he recibido muy poca, de Ushuaia Boreau y la Municipalidad de Ushuaia, algunas cenas con los amigos pero nunca llegas con los números. He dedicado muchas reuniones, tiempo de trabajo a buscar sponsors y no se dio. Estando en Buenos Aires sería más fácil pero me faltó alguien que me dirija para concretar apoyo real”.

Dos pingüinos que superaron los límites y llegaron donde muy pocos. Privilegiados que tuvieron un reconocimiento, sin dudas, más que merecido.

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