El pasado lunes 8 fue el día elegido. Después de 20 años en la isla el profesor Luis «Pulga» Mayal, referente del vóley femenino en nuestra ciudad, dijo adiós. El «profe» regresa a su Villa Ana, provincia de Santa Fe. Deja una huella imborrable, principalmente en un barrio y una institución: Las 640 Viviendas y el colegio Los Andes.
La historia dirá que pisó por primera vez Tierra del Fuego el 14 de febrero del complicado 2001.
Dicen que un día despertó y le dijo a su madre: «Vieja me voy a Ushuaia» y partió para el Sur, un loco lindo.
Sus primeros laburos fueron con Magallanes, Escuela N° 3 y el Colegio Los Andes.
Arrancó enseñando Futsal, donde lo hizo bastante bien. Por sus manos pasaron jugadores como Oliver Benítez y Nahuel Amarilla entre otros.
Pero el vóley pudo más y ya no pudo parar. A base de trabajo, convencimiento y dedicación muchas de las «Pibas» de nuestra ciudad se sumaron a su proyecto.
Transformó en cancha de vóley el SUM del «Cole» Los Andes y las rodilleras florecieron entre los jóvenes del lugar.
De su mano llegaron innumerables capacitaciones para la disciplina, gracias a sus contactos nos visitaron entrenadores, jugadores y árbitros de nivel nacional e Internacional dejando lo suyo.
Fue parte de diferentes cuerpos técnicos de TDF en los Juegos Binacionales de la Araucanía, EPADE y Nacionales del Evita.
Mi profesión me hizo compartir gimnasios, aviones y micros con largas y divertidas charlas entre mates y café lo que nos permitió construir una linda relación de mutuo cariño, admiración y respeto.
Anoche el WhatsApp fue el vínculo y el «profe» ya transitaba la santacruceña San Julián en el comienzo de su viaje de regreso.
Intercambiamos saludos e información. Y como es mi costumbre no pude con mi obsesión de preguntar.
«Vuelvo a mi pueblo Villa Ana, Santa Fe. Voy a trabajar de «profe» con el sueño de hacer un Polideportivo». Quiero intentar darle a los pibes de allá lo que me gustaría que me hubiesen dado a mi a esa edad, un lugar para poder hacer deportes».
Se fue el «Pulga». Llegó a los 29 partío a los 49. Atrás quedan 20 años de pasión en el vóley fueguino.
Querido amigo dejaste una huella enorme en nuestros jóvenes a quienes marcaste para siempre.
Nos debemos un fuerte abrazo y un asado que seguramente llegará pronto. Buena vida.